Pilar , andaluza y de profundas raíces jienenses, como yo misma, me ronda al mismo paso del tiempo, aunque en una cosa me supera y es en sus inicios prematuros a la literatura , ganando un concurso nacional con solo 14 años. Fue en el 75 y la pasaportó a Argentina, en forma de premio , retornando de regreso a nuestra tierra con experiencias nuevas y un periódico bonaerense que decía en su portada, con grandes letras negras : el dictador ha muerto. Nunca nadie, más que el preceptor que guardaba a los ganadores del premio, supo de la existencia de aquel titular, ni de lo que podía significar llevarlo en la cúspide de una pila de ropa, dentro de una maleta, en esa España de los años 75, recién muerto Franco y aún no enterrado, ni su movimiento, ni su legado. Pero ya han pasado años y las aguas se han movido y las placas teutónicas y la gente ha nacido y se ha muerto , dejándonos más vacios y más yermos, porque hemos crecido al compas de los pasos que dábamos y ya ni” Jarcha”, ni sus integrantes, nos hacen en el recuerdo ,llevándolo al presente , más que sentir nostalgia ,de aquel tiempo que se fue, para no volver jamás.
En cambio, algunos, llevados por sus rancias ideas , a altas cuotas de obstinación, fantasean con que los tiempos no cambien, con que la gente borreguee en pos del miedo, del callarse la boca hasta en la cama , de no rechistar, gente que cree que tiene derecho a todo , hasta de sentar en un banquillo a un Juez que parecerá estrella , pero no lo he visto sentado en “Sálvame de luxe”, ni en las tertulias mañaneras y sí, en cambio , como paladín de aquellos que no quieren que sus muertos , mueran por siempre , en una perdida y olvidada cuneta. Y ese es el problema, que hay gente que quiere callarnos la boca de cualquiera de las maneras, hasta sirviéndose de la justicia que ellos no saben honrar, gente que quiere aburrirnos y que dejemos de luchar , que lo que pasó se dé por bien pasado y que se olvide , que se olvide de una buena vez hasta de dónde venimos o adónde vamos, porque los viejos , viejos son y no hacen ruido al sollozar al lado de unas tumbas quietas, pero un Juez de la audiencia, ¿se habrá visto audacia más suprema , que querer investigar al pasado y querer sacar cuentas nuevas? Y nos permitimos decir que Pinochet era un fascista y un cobarde y que tenía que ser juzgado , pero nos cruzamos de brazos , porque esas cosas no pasaban aquí y nos conformamos con que Franco agonizara -por siempre- pegado a cables y tubos, con médicos que aseguraban su sucesión y prolongaban su agonía. El tiempo ha pasado, pero no para muchos, porque para muchos se quedó quieto en una plazoleta viendo fusilar a un hombre con un ¡Viva la República! en sus labios, mohoso formato de sepia que revivir en las noches oscuras sin sueño, ni tranquilidad y un Juez se sienta en un banquillo siendo acusado de no querer olvidar a aquel hombre y aquel “Viva” , que rompió el curso del mar.
