En Alzira, un juzgado procesa al portaestandarte de la Hermandad del Santo Sepulcro , por “delito continuado de violación y dos delitos continuados de agresión sexual a dos menores”, y lo más grande del caso, no es que su abogado no lo haya declarado inocente, puesto que la falla en pleno lo respaldó a tumba abierta cuando los críos dijeron de sus fechorías, sino que ha pretextado retraso mental.
Afortunadamente , ya cambiaron aquellos tiempos en que a los niños nos hacían callar cuando hablaba un mayor, con estridencias de cachetada, ahora a los niños se les escucha y se les atiende y eso hicieron los padres…escuchar, las barbaridades que sus hijos tenían que contarles , sobre cómo el acusado los llevaba a la azotea de su casa , con engaños de películas y videojuegos, para después pasar a las agresiones, las violencias y violaciones.
Ahora nadie se lo puede creer, pero no porque no se les haya pasado por la cabeza, sino por la hipocresía social de pertenecer a una casta, a una secta, a una corporación, a una hermandad o a una falla, a un conglomerado de gente que se conoce ,cría juntos a sus hijos y están más tiempo en contacto que muchas familias, gente, que no se mueve , para no salir mal en la foto y gente , que no quiere enturbiar su buen hacer , con declaraciones de niñatos , haciéndose pasar por victimas e inventándose historias de cómo una buena persona, los ha violado con amenazas y coacciones La vida era mucho más sencilla para muchos , hace algunos años, para aquellos que como bien cuenta mi amiga , Amalia Quirós, escondían en el alcohol y la soberbia, las cachetadas y las malas maneras con la mujer de su vida, haciendo asombrar a las vecinas de su madre, a la que le decían con sorpresa: -¿Pero a usted no la pega su marido? El mundo siempre ha estado cubierto por las alimañas, por los traidores, por los necios , por los que- como yedra putrefacta- trepan por donde sea, con tal de prosperar, gente , que no le importa un niño o que le pega una paliza a un homosexual por diversión, hasta quebrarlo en cualquier cuneta, ya abonada por la sangre roja , que un día vertieron muchos.
Quizás la vida sería más fácil , si -como las facturas de la seguridad social- supiéramos lo que hay bajo la careta de cada uno, de esa buena cara que nos ponen cuando paseamos y vemos a un señor mayor acariciando la cabeza de nuestros niños; Alguien a quien damos confianza plena, a quien se le da más rango y cercanía, incluso que a un maestro, pero que burla, vulnera y vicia , esa sagrada misión, para descubrirles y descubrirnos que la vida puede ser una basura , que nuestro bien más preciado, sufre por lo que un abogado sin recursos , llama retraso mental , que no impide que se viole a niños, que no impide que se sea vicepresidente de una falla, ni portaestandarte de la hermandad, que no lo recluye en un centro , ni se le señala como lo más bajo del lugar, sino que se le apoya y se le respeta, porque su buena cara está en la de los nuestros y su fama y buen nombre, relacionado con los nuestros y queremos seguir teniendo la posesión absoluta de la verdad, porque no podemos equivocarnos tanto y si lo hemos hecho… jamás vamos a rectificar, mientras dos chiquillos lloran su mala suerte, de cruzarse en su camino con ese retrasado moral y sus padres crujen dientes y se desesperan , porque no pudieron hacer nada y ahora no saben por dónde van a ayudar. Los otros, los que consintieron y callaron, los que no oyeron, ni quisieron escuchar, negarán que lo sabían, negarán que lo sospechaban, negarán y negarán , pero ni ellos mismo creerán , a qué colmo de escarnio humano, llega, su propia necedad.
