Es el caso de la Asociación de Pensionistas de Cádiz, enclavada desde hace 19 años en la calle Rosa, en el barrio de La Viña. Esta entidad dispone de un servicio de comidas, financiado por la Unión Democrática de Pensionistas de España y que actualmente atiende en Cádiz capital a 37 personas mayores que en un alto porcentaje viven solas. Para poder acceder a este programa, el beneficiario tiene que ser socio de esta entidad y además, tiene que pasar por la valoración de la trabajadora social de la asociación.
Este programa establece un baremo por el que se determina cuánto tiene que aportar cada persona para poder hacer uso del mismo. Es una cantidad simbólica en función de las rentas. La mayoría suele pagar 75 céntimos al día al percibir pensiones mínimas. Algunos tienen a su cargo a hijos que se encuentran en situación de desempleo, o a nietos a los que tiene que cuidar porque los padres están trabajando, lo que también les supone un gasto.
La trabajadora social de la asocación comenta que lo que se pretende con este servicio es que las personas mayores tengan cubierta esa necesidad vital de lunes a sábado.
Pero si es urgente y necesario atender la necesidad de ayudar a los mayores con la comida, también lo es en materia de vivienda. La trabajadora social asegura que muchas de las casas del barrio de La Viña son una amenaza para la tercera edad. Son en su mayoría edificios muy antiguos, que no están adaptados a las necesidades de personas con movilidad reducida. Muchos viven todavía en casas de vecinos, con baños compartidos y sin ascensor. Pisos con una humedad considerable que deja a los mayores en una situación de indefensión y que a veces llegan a aislarlos por miedo a salir a la calle y que les pueda ocurrir algo por las escaleras.
Artrosis, artritis, enfermedades de deterioros cognitivos como alzheimer son las enfermedades más habituales que se detectan en esta asociación de pensionistas.
La existencia de entidades como ésta, ayudan a los mayores a vivir el día a día. Organizan todo tipo de talleres, y les enseñan nuevos mundos, como el manejo de Internet.
La trabajadora señala que mantiene una relación muy estrecha con los compañeros que ejercen esta misma profesión en las administraciones públicas y con la asociación de vecinos de La Viña. Algunas veces son los vecinos quienes alertan de la existencia de una persona mayor que se encuentra sola en estado de abandono.
La presidenta de la asociación de pensionistas, Ana Lobato, lleva 14 años en el cargo y asegura que es un trabajo gratificante. Ella percibe 600 euros de pensión, pero afortunadamente tiene una hija que no la deja.
Y mientras en Cádiz se produce el vuelco generacional, las necesidades del colectivo aumentan.
Una asociación con actividades para los mayores
La asociación de pensionistas de Cádiz realiza un amplio abanico de actividades durante todo el año. Actualmente tiene en cartera 800 socios, procedentes de toda la provincia, pero especialmente de la capital gaditana. La cuota mensual es de dos euros y esto da derecho a apuntarse a todos los talleres.
En concreto, este año se ha realizado un curso de carey, de corte y confección, de teatro, de informática y de memoria. Los domingos hacen bailes y algunas veces organizan concursos.
En octubre tienen el encuentro cultural y en diciembre la fiesta de Navidad y en Carnaval una fiesta de disfraces amenizadas por agrupaciones que participan en el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas.
El objetivo de este centro es que los mayores no se encuentren solos y que disfruten de esos años que deben dedicar al descanso y a la distracción como premio a toda una vida de trabajo. Del centro han salido hasta parejas.
