La sinergia es la cooperación activa y coordinada de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales. Este término proviene del griego "synergía", que significa "cooperación", "tarea coordinada", "trabajar en conjunto". Esta acción conjunta y coordinada permite obtener resultados que quizás no se podrían conseguir individualmente, o sería mucho más difícil y costoso. De forma resumida se afirma que, cuando hay sinergia, el todo es mayor que la suma de las partes.
Uno de los papeles fundamentales de los directivos es crear las condiciones necesarias y propiciar la creación de sinergias, tanto internas en las organizaciones como externas entre ellas. En el lienzo de modelo de negocio, que se utiliza para plasmar nuevos emprendimientos y repensar los existentes, se incorporan expresamente las sinergias, a través de las “asociaciones clave” de la empresa con otros agentes (proveedores, instituciones, etc.) que le ayudan a construir la propuesta de valor que quieren ofrecer a sus clientes.
Raro es el día en el que no se lee alguna noticia en la que se anuncian a bombo y platillo las importantes sinergias que se producen en eventos o reuniones. Parece que se considera que la sinergia es como una reacción química efervescente, y basta combinar en el mismo espacio varios elementos para que se genere la reacción completa. Coincidir es fundamental para iniciar la comunicación, pero para que el todo sea mayor que la suma de las partes y se creen sinergias se necesita trabajo, colaboración, visión, flexibilidad, tiempo, etc. Muchas de estas sinergias son más intencionales que reales, si no tienen detrás un proyecto común de colaboración mutuamente beneficioso y líderes en cada organización, que apuesten por este trabajo conjunto.
Quizás nos sorprenderíamos si se hiciera un inventario de cuántos convenios de colaboración hay firmados por instituciones y organizaciones públicas y privadas y empresas, cuya trayectoria avanzó poco más que la noticia que se publicó para visibilizar la firma. Demasiadas veces las sinergias quedan ahí, en la efervescencia burbujeante y efímera de un acto y una foto, y en un compromiso formal de explorar vías de colaboración y mejora común. En un mundo tan individualista, nos cuesta colaborar. En general, parece que supone tener que aceptar que no somos capaces de conseguir todo lo que necesitamos, y reconocer que dependemos de otros. Apostemos por crear relaciones a largo plazo basadas en la confianza para que surjan las sinergias.