Las pruebas del caso Holgado vuelven a ser investigadas
El abogado de la familia confirma que se investigan objetos y restos encontrados entonces. Quedan solo cinco años para que el caso prescriba y sea imposible ya encontrar al autor o los autores
Ayllón no puede saber, obviamente, en qué quedará este nuevo intento por saber qué pasó y quiénes son los que estuvieron en la gasolinera de Martín Ferrador la fatídica noche de noviembre de 1995, pero lo que sea ha de saberse antes de que pasen cinco años, porque quedan solo ese tiempo para que uno de los sucesos más dramáticos de los acontecidos en Jerez en décadas, la muerte violenta del joven Juan Holgado en la gasolinera en la que trabajaba, sea archivado definitivamente por las instancias policiales y judiciales.
Han pasado ya quince años desde que Jerez se despertara con el luctuoso suceso, que no se quedó en un homicidio más de los pocos que, afortunadamente, suceden de vez en cuando en la ciudad, porque sus padres -cada cual desde su personalidad y sus posibilidades- no han dejado de luchar para que se haga justicia.
Años de investigación, dos juicios en la Audiencia provincial de Cádiz con dos tribunales diferentes y dos sentencias absolutorias sobre los cuatro acusados, mantienen las cosas hoy como al principio, sin resolver, con el o los asesinos de Juan Holgado en la calle y con las mismas dudas de cómo fue posible que un hecho como ese quedase sin aclararse adecuadamente.
La policía y el juzgado que llevó el caso hicieron su trabajo lo mejor que supieron y pudieron, con mas carencias que medios, y las conclusiones de esa investigación sentó a cuatro jóvenes que rondaban entonces la treintena en un banquillo al que llegaban con las pruebas cogidas con alfileres.
Huellas que no eran suyas, muestras de sangre que tampoco pertenecían a ninguno de ellos, declaraciones contradictorias de testigos de escasa fiabilidad, denuncias de presiones policiales, líneas de investigación no seguidas y una enorme presión social y mediática, condicionaron dos desenlaces previsibles. Prevaleció el principio de inocencia sobre las dudas, que también las hubo, respecto de la participación de alguno de los acusados -unos más que otros- en los hechos.
Vuelta a empezar
Han pasado quince años, y con ellos muchos acontecimientos para la familia Holgado. Roto el matrimonio, cada cual sigue intentando a su manera que el caso no se olvide, aunque cada vez tienen menos apoyo en la sociedad jerezana.
Si pocos días después del crimen eran tres mil personas las que les acompañaban en una manifestación por las calles de Jerez, incluyendo líderes sociales, vecinales y sindicales, en el décimo aniversario del homicidio apenas fueron dos centenares, y hoy es Antonia Castro, la madre, y algún amigo más, los que ya en solitario siguen diciendo a quien les quiera escuchar que no se han rendido y que “mientras viva y me queden fuerzas” -dice Antonia- seguirá luchando para que se haga justicia.
En estos días de noviembre en los que se ha cumplido un año más, Antonia sigue diciendo que su abogado, Antonio Ayllón, quien les asistió en el segundo juicio (en el primero fue Juan pedro Cosano, con quien acabaron muy mal), estudia fórmulas para pedir ante las autoridades judiciales que se siga adelante en la investigación.
Pero no es fácil, cada vez que se analizan las huellas, cada vez que se contrastan las muestras de sangre el resultado es el mismo, no coinciden con las de nadie que esté fichado por la Policía. Y a estas alturas pensar que pueda aparecer la cazadora de la que se desprendió un botón en la lucha durante el asalto a la gasolinera o que se encuentre al propietario de una medallita dorada, de tres centímetros de longitud, de signo Virgo, es algo prácticamente imposible.
Antonia Castro sigue esperando lo que parece un milagro. No es muy consciente de que a los cuatro acusados que ella conoce no se les podrá llevar a juicio una tercera vez porque la sentencia es firme y definitiva.Quizás por ello sigue hablando de que intentará un tercer juicio, que sólo sería posible después de una instrucción complementaria que sería abierta solo si apareciesen quintas o sextas personas con algún viso de implicación en los hechos.
No obstante, ese ‘milagro’ se busca y lo sigue persiguiendo el que fuera el abogado de la familia en el segundo juicio, José Miguel Ayllón, quien ha vuelto ha pedir recientemente que se vuelvan a investigar las pruebas que entonces no sirvieron y que, como dice el propio Ayllón, hoy pueden deparar novedades.
Los avances técnicos en el estudio de ADN, por ejemplo, han sido espectaculares en quince años. De hecho, en 1995 el Instituto de Toxicología de Sevilla estaba empezando a hacer este tipo de estudios, con desigual éxito, como quedó acreditado en los juicios dada la tardanza en enviar resultados y la necesidad de repetir alguno “porque había salido mal”.
Del material recogido en la gasolinera, aunque Ayllón no ha querido profundizar mucho en su detalle en esta última conversación con él, es fácil intuir que puede estar examinándose un botón de una cazadora, que nunca se encontró, la famosa medallita dorada, las gotas de sangre sobre un cristal, el mechero, la moneda de 500 pesetas manchada de algo que se pensó sangre y que después parece ser que no era esta sustancia (una pieza que estuvo perdida un tiempo en la Comisaría) y otros objetos semejantes.
El abogado confía en que los nuevos métodos, los avances logrados en estos tres lustros, e incluso la distancia en el tiempo con los hechos, permitan abrir una nueva vía que pueda dar con el responsable o responsables del homicidio.
No puede saber, y es lógico, si las investigaciones abiertas se cerrarán sin más o determinarán la apertura de un nuevo juicio, pero, al menos, se ha conseguido que el caso no quede en el olvido en este cada vez más corto periodo de tiempo que hay para poder dar con los asesinos de Juan Holgado.
Y ese sentimiento a favor de que se resuelva el homicidio no es sólo de Ayllón, abogado de los Holgado, sino que también fue expresado, por ejemplo, por dos de los abogados de la defensa. Tanto Gilabert como Hortas reconocieron que el sufrimiento de la familia debería tener fin algún día con el conocimiento de la verdad.
CRONOLOGÍA
22 de noviembre de 1995 La madrugada de este día, probablemente sobre las 4.30 horas, se produjo el asalto a la gasolinera de Martín Ferrador en la que uno o varios individuos apuñalan repetidamente hasta matarlo a Juan Holgado. A las 5.00 de la mañana es encontrado por un taxista que da aviso a la Policía. Los servicios sanitarios no pueden hacer nada por salvarle.
23 de noviembre de 1995 Se hace público que se ha encontrado una medallita. Hay dos detenidos por un atraco pero se descarta que sean los autores del homicidio.
25 de noviembre Se desvela que la medallita es un signo zodiacal: Virgo. Trasciende que hay huellas y unas gotas de sangre que no son de Juan Holgado.
2 de diciembre de 1995 Se hace pública la foto de la medalla. La Policía pide colaboración ciudadana.
12 de diciembre de 1995 Diez organizaciones sociales de Jerez convocan una manifestación para pedir justicia.
21 de diciembre de 1995 Tres mil personas acuden a la manifestación para pedir justicia. Participan representantes políticos, vecinales y de los sindicatos.
13 de febrero de 1996 Primera detención. Se trata de un joven de 30 años al que se acusa de ser el autor del homicidio. Entre el 13 y el 15 se producen dos detenciones más. Trasciende filiación y antecedentes. Son delincuentes de Jerez de poca entidad.
15 de febrero de 1996 Detenido un cuarto sospechoso. En libertad bajo fianza de 50.000 pesetas
17 de febrero de 1996 La sangre encontrada que no es de Juan Holgado se envía para su análisis a Toxicología de Sevilla. Se habla de una cazadora del primer detenido que tiene dos gotas de sangre y se manda a analizar.
lunes 11 de enero de 1999 Comienza el primer juicio en la Audiencia de Cádiz. El fiscal pide 26 años, 8 meses y un día para tres de los cuatro acusados y 23 años, 4 meses y un día para el cuarto. Las defensas, la absolución.
27 de enero de 1999 El primer juicio queda visto para sentencia.
9 de febrero de 1999 Primera sentencia. Los acusados son absueltos al considerar el tribunal que no hay pruebas inculpatorias suficientes.
20 de febrero de 1999 La familia Holgado bloquea la gasolinera por primera vez. Se inicia una particular batalla contra la estación de servicio.
16 de octubre de 1999 Los juzgados de Jerez abren una nueva instrucción del caso.
31 de enero de 2000 El Tribunal Supremo admite el recurso de casación presentado por la familia Holgado. La vista, el 13 de abril de ese mismo año. Se decidirá repetir el juicio en la Audiencia provincial con otro tribunal diferente.
20 de octubre de 2003 Se inicia el segundo juicio. La muerte del padre de un acusado lo aplaza. El juicio queda visto para sentencia el 18 de noviembre
3 de diciembre de 2003 Los acusado son absueltos por segunda vez.
22 de diciembre de 2003 Sólo 200 personas se manifiestan contra la sentencia.
7 de noviembre de 2006 El Supremo desestima un recurso de la familia Holgado . El caso acaba su recorrido judicial.
Las claves del caso
-1-
Juan Holgado no debería haber trabajado esa noche
La casualidad o esas cosas inexplicables de la vida hizo que la noche de 22 de noviembre estuviera trabajando Juan Holgado. No le tocaba el turno, se lo cambió a un compañero y encontró la muerte.
-2-
Medidas de seguridad insuficientes
Las gasolineras, ni esa ni ninguna en aquella fecha, tenían grandes medidas de seguridad. No se cerraban de noche, no tenían cámaras de videovigilancia...
-3-
Un primer cliente que vio cristales rotos se fue sin avisar
La primera persona que se tropezó con el escenario del crimen se marchó sin dar aviso a las autoridades. Se perdió un tiempo importante con ese comportamiento.
-4-
Muchas personas entran en la escena del crimen
Fueron muchas las personas que en los primeros momentos toquetearon y pisotearon la escena del crimen, desde personal sanitario (imprescindible) hasta funcionarios de Policía e incluso la propia prensa, que no tenía que haber entrado.
-5-
Rápida movilización de la ciudad impulsada por los padres del joven asesinado
Jerez reaccionó como pocas veces lo ha hecho, movilizándose y reclamando celeridad en las investigaciones y justicia.
-6-
Inicio de investigación desastrosa
La falta de medios, entre otras cosas, impide una toma de pruebas adecuada en el lugar de los hechos. El carbonato de plomo (polvos para tomar huellas), por ejemplo, no era fiable por estar defectuoso. Se pierden pruebas (moneda, mechero con funda de cuero...).
-7-
Investigación paralela
El padre, no contento con la lentitud y dirección de las investigaciones, actúa por su cuenta grabando cintas con conversaciones con alguno de los acusados.
-8-
Testigos sin credibilidad ninguna
La policía basó sus acusaciones en declaraciones testificales de personas polidrogadictas, vinculadas de varias formas a los acusados, cuyas declaraciones no fueron sostenidas en los juicios.
-9-
Juicio paralelo mediático
Sobre todo televisivo. La gravedad de los hechos que se juzgaron y, sobre todo, la actitud del padre que se ‘infiltró’ y grabó a uno de los presuntos asesinos de su hijo, destapó un inusitado interés mediático, sobre todo de las televisiones.
-10-
Dudas de los forenses
Los forenses tampoco pudieron precisar demasiado sobre si fue una o dos armas las que se usaron para la muerte del joven. Tampoco pudieron precisar si fue una persona corpulenta o dos.
-11-
Magnífica defensa
Los abogados de los acusados, Manuel Hortas, Inmaculada Gilabert y Alfonso Cáceres, hicieron un gran trabajo en los dos juicios celebrados desmontando la acusación e invalidando pruebas.
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