El día de la salud

Tal vez cuando este artículo caiga en sus manos, usted se dirija al trabajo como cada día y acaricie ese décimo o participación de lotería que hoy tiene su Día grande en el año con el Sorteo de Navidad, en el que el personal canino por la crisis económica dedicará un 9% menos que el pasado 2009.

Esta tradición, data del siglo XIX, ya que sus orígenes hay que situarlos en 1812, y al que el pueblo bautizó como la “lotería moderna”, el año de la aprobación de la PEPA, la primera Constitución promulgada en España y de la que ya estamos inmersos en la celebración de su Bicentenario. Aunque a decir verdad ,tuvieron que pasar ochenta años para que fuera oficial la denominación Lotería de Navidad ,y cinco más para que se incluyera ese nombre en los décimos que se jugaban por aquel entonces.

Otros quizás estén leyendo estas líneas a media mañana , y ya sabrán que números y lugares han sido los agraciados con la lluvia de euros, por que de la metereológica según todas las previsiones no nos libra ni Santa Rita, y vamos a tener una jornada pasada por agua.

Por unos momentos soñé que el Gordo había caído en el Campo de Gibraltar, que el canto de los niños de San Ildelfonso había traído el alivio a muchas familias en paro que lo estaban pasando fatal, y que los premios habían inundado los hogares de los que más lo necesitaban.

No sé si esta fantasía se cumplirá algún día, pero lo que está claro es que hemos de ser exigentes y no conformarnos siempre en el mejor de los casos con la pedrea, con que todos nuestros trenes de oportunidades se queden en bonitas palabras, vanas promesas y tarden en el mejor de los casos una eternidad en convertirse en realidades.

De todas formas quienes prueban suerte en los bombos de la fortuna, durante estas mágicas horas de la mañana del 22 hacen todo tipo de planes sobre que harían en caso de que esta les sonriera, y en la amplia fauna humana nos encontramos todo tipo de proyectos y fabulaciones.

El abanico es amplio y las posibilidades innumerables, desde quienes dejarían de trabajar hasta que los seguirían doblando el espinazo pero con otra filosofía. Los vitalistas que se dedicarían a disfrutar a todo ritmo o los que verían cumplido sus deseos de administrar su tiempo.

También están aquellos que en su vocación de albañiles, intentarían tapar todos los boquetes de deudas, hipotecas y otras trampas, y en su condición de generosos lo repartirían entre toda su familia y amigos, o los que en su miseria de acumular más y más lo guardarían, para llegado el momento poder morir inmensamente ricos.

Probablemente usted haya estado bastante atareado esta mañana y ahora que son las trece horas o tal vez ya es media tarde , le está echando una ojeada a este ejemplar de VIVA CAMPO DE GIBRALTAR y de lo que había comprado entre la ilusión y el compromiso, no le ha tocado ni el reintegro.

En un primer momento se dirá y repetirá una vez más, ¡hay que ver la mala suerte que tengo!, ¿Seré gafe? Pero al final mantendrá la esperanza y se agarrará a un nuevo salvavidas y decidirá probar fortuna en el Sorteo del NIÑO, pero además en cualquier caso afirmará muy serio y trascendente, lo importante es que tengo una SALUD de hierro. Y es el que no se consuela es porque no quiere, ya que tras una frustración siempre podremos descubrir o fabricar una ilusión que nos de vitaminas a la vuelta de la esquina, y como dice Serrat en su canción “hoy puede ser un gran día”, si nos lo planteamos como tal, si no seguro que todo será negro y sin solución.