El tiempo en: Cádiz
Publicidad Ai
Publicidad Ai

El Jueves

¿Lo hablamos?

¿Recuerdan cuando, hace unos años, un intento de “carreritas” en la madrugada del Viernes Santo fue abortado por el público que contemplaba el discurrir...

Publicado: 08/04/2024 ·
11:47
· Actualizado: 08/04/2024 · 11:48
Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
  • Paraguas junto a la Hermandad del Buen Fin. -
Autor

Miguel Andréu

Miguel Andréu es comunicador y escritor. Actualmente, director de Andréu Comunicación

El Jueves

Este blog aborda temas generales de actualidad, preferentemente de interés local en Sevilla

VISITAR BLOG

¿Recuerdan cuando, hace unos años, un intento de “carreritas” en la madrugada del Viernes Santo fue abortado por el público que contemplaba el discurrir de la cofradía de la Esperanza de Triana por la calle Reyes Católicos? Los allí presentes no solo llamaron a la calma sino que no se movieron del lugar, identificando, sin miedos, a los que iban a ser los causantes, que fueron detenidos por la Policía Local. Esa “sociedad civil”, por llamarla de alguna forma, es la que tiene que empezar cuanto antes a posicionarse en determinados hechos que han sucedido la pasada Semana Santa.

Con la tranquilidad que da el tiempo transcurrido y la serenidad de mis canas, creo que es el momento de hablar. Pero no de minutos de tiempos de paso por la Carrera Oficial, que para eso está el Consejo de Cofradías, sino de otros aspectos que dañan y afean la semana más grande de la ciudad. Como asimismo, es necesario dejar a las juntas de gobierno que tomen, ante el fenómeno siempre incordiante de la lluvia, las medidas que crean más convenientes. Estas decisiones son de un órgano de gobierno, que ofrece a sus hermanos -los únicos que deben tomar cartas en el asunto- los foros adecuados para expresar su opinión, sancionarlas o aplaudirlas, y adoptar las medidas que crean oportunas siempre en el seno de la corporación. Traigo hoy tres ejemplos de acontecimientos que se han producido en estos días.

De un lado, las decisiones de las hermandades del Cristo de Burgos y Pasión de anunciar la no celebración de la estación de penitencia con horas de antelación pueden ser, en todo caso, solo opinables por quienes no pertenecemos a ellas, pero nunca prejuzgadas sin conocer los entresijos de las mismas. ¿Dimisiones en bloque? Sí, llegué a oírlo en ambos días. Si quieren conocer mi opinión, la ofrezco gratuitamente: me parecen acertadas, en tanto es innecesario hacer acudir a los hermanos con una túnica de nazareno y bajo la lluvia, teniendo en cuenta además la edad media que presupongo que tiene su cuerpo de nazarenos. Y no me hablen del “rito y la norma”, porque la caridad y la oración están por encima.

De otro lado y aunque sea difícil arbitrar una solución, el bochornoso espectáculo de las dos petaladas a la Esperanza de Triana (una a las puertas de su capilla y otra desde un conocido balcón de la calle Pureza) son asuntos en los que esta corporación debiera tomar cartas. Creo que, al menos en una de ellas, es suficientemente conocido el precursor de la misma como para, como mínimo, dar un toque de atención. El asunto ha traspasado las fronteras de lo local gracias al vertedero que son en ocasiones las redes sociales. Lamentable.

Por último, aunque la lista es larga, el abucheo al misterio de San Benito en la Cuesta del Rosario está fuera de todo el contexto de la Semana Santa. Sin duda, el público allí congregado iba en busca del auténtico espectáculo, exento de fe y religiosidad popular: el que provoca el sonido de la música y el movimiento de los costaleros. Esos dos monstruos (bandas y costaleros) se nos fueron de las manos hace mucho tiempo. Ahora es difícil ya ponerle puertas al campo.

La sociedad civil, si quieren este término mejor que el de “los sevillanos”, tenemos que reflexionar sobre todo lo que rodea a la Semana Santa. Es imprescindible y urgente. A poco que vaya pasando el tiempo y las generaciones, se irán viendo este tipo de mamarrachadas y faltas de respeto y educación como normales.

¿Cómo será la Semana Santa de dentro de 50 años? Espero, egoístamente y por mi propio bien, no conocerla ni vivirla. No lo soportaría.

 

 

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN