El verano de 2023 ha sido catalogado como uno de los más calurosos desde que se tienen registros, y el impacto en la salud ha sido significativo. En Andalucía, el calor extremo se cobró la vida de 397 personas entre el 16 de mayo y el 30 de septiembre de 2023, según el informe del Sistema de Vigilancia de la Mortalidad diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III.
El informe MoMo destaca que este verano fue el tercero más caluroso desde 1961. Durante este período, España experimentó cuatro olas de calor que afectaron gravemente a varias regiones, incluyendo Andalucía. Las olas de calor más intensas y prolongadas ocurrieron en agosto, coincidiendo con el mes con mayor número de muertes atribuibles al calor.
El estudio revela que el 66% de las muertes atribuidas al exceso de temperatura ocurrieron en agosto, y el 90% de estas muertes se concentraron en personas mayores de 74 años. Este dato subraya la vulnerabilidad de la población anciana a las altas temperaturas.
A nivel nacional, se estimaron un total de 3.009 defunciones debido al calor extremo durante el mismo periodo, situando el verano de 2023 como el tercero con mayor mortalidad atribuida al calor después de 2003 y 2022. Estas cifras resaltan la gravedad de las olas de calor y su impacto mortal en la población.
En comparación con otras regiones de España, Andalucía no fue la única comunidad autónoma severamente afectada. Madrid registró el mayor número de defunciones atribuibles al exceso de temperatura, con 409 muertes, seguido por Galicia con 317 y Cataluña con 290. Estos datos indican que el fenómeno de las olas de calor tuvo un impacto geográfico variado pero igualmente devastador en todo el país.
El informe también hace hincapié en la relación directa entre las temperaturas extremas y el aumento de la mortalidad. Las temperaturas máximas medias y mínimas medias han mostrado una tendencia al alza en los últimos años, reflejando un patrón de calentamiento continuo. En este contexto, el Plan Nacional de actuaciones Preventivas contra los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud, implementado en 2004, ha jugado un papel crucial en mitigar el impacto de las olas de calor en la mortalidad, aunque la amenaza sigue siendo significativa.
Durante el verano de 2023, España sufrió cuatro olas de calor. Las dos primeras ocurrieron en julio, del 9 al 12 y del 17 al 20, afectando a 14 y 20 provincias respectivamente. Las dos últimas, y más intensas, se produjeron en agosto, del 6 al 13 y del 18 al 25. Estas olas de calor no solo fueron prolongadas sino también particularmente severas, contribuyendo significativamente al número total de defunciones.
El análisis del índice Kairós, un sistema de alertas diarias de mortalidad basado en la superación de umbrales críticos de temperatura, reveló que las provincias más afectadas incluyeron Madrid, Galicia, Andalucía, Cataluña y Castilla y León. Este índice es fundamental para proporcionar alertas tempranas y ayudar a las autoridades sanitarias a implementar medidas de protección adecuadas.
En cuanto a la distribución de las defunciones por grupos de edad, los mayores de 74 años fueron los más afectados, representando el 90% de las muertes atribuibles al calor. Por otro lado, el informe subraya una posible infraestimación de las defunciones atribuibles al calor en 2023, debido a un cambio de tendencia en la mortalidad observada. La disminución en el número de defunciones comparadas con años anteriores puede haber influido en la magnitud de la mortalidad atribuida al exceso de temperatura.
