Sin duda fue un día diferente en Cádiz, el olor a tradición se respiró por toda la ciudad, y no fue para menos, la septuagésima edición del Trofeo Carranza aterrizó en el Nuevo Mirandilla.
Abuelos, padres y niños, todas las generaciones posibles salieron a relucir la camiseta de su club por todo el paseo marítimo, mientras disfrutaron de diversas actividades proporcionadas por ayuntamiento. El principal escenario fue la Glorieta Ana Orantes, donde la previa tuvo lugar, no cientos, sino miles de cadistas inundaron el escenario donde se coció el partido.
Además, tuvieron lugar diversas actividades, como la creación de un futbolín humano o un taller para crear un banderín del club, donde los aficionaron pintaron su bandera y la tintaron de amarillo y azul. Los alrededores del Nuevo Mirandilla también tuvieron su momento de gloria, pues estuvo abarrotado desde primera hora, y las compras de último momento también estuvieron implicadas, todo para que los aficionados se pusieran de gala para asistir al partido.
Cánticos, banderines, oleadas de puro amarillo marcharon por las calles de Cádiz como si fuera un festival, y no fue para menos, pues estuvimos no sólo ante la fiesta del fútbol, sino ante la fiesta de una ciudad entera. No todo fue fútbol, también el dueto gaditano, Andy y Lucas, esperaban impacientes en el Muelle Reina Victoria, para dar su último concierto en la ciudad que les vio crecer, proveniente de su gira “nuestros últimos acordes” sin duda, un momento emotivo que nos dejará uno de los dúos mas icónicos de la provincia.
Por si ya quieres completar todo el festival, y llevar un recuerdo de manos de un profesional, es obligatorio pasa por las calles del Pópulo y por la Catedral, donde tiene lugar el Mercado Andausí y decenas de artesanos expondrán sus creaciones locales.
