Cerca del 40% de los niños menores de seis años españoles tiene un dispositivo personal como un smartphone, un ordenador o una tablet, porcentaje que asciende al 96% en el caso de los niños de once a catorce años.
Así lo revela el informe 'Percepciones sobre el Impacto de Contenidos Digitales en la Infancia y Adolescencia' elaborado por fundaciónSOL en colaboración con GAD3 y el respaldo de la Fundación Nemesio Diez, a partir de una encuesta a 1.983 participantes, tanto padres con hijos de entre uno y catorce años como adolescentes a partir de quince años, entre el 25 de junio y el 17 de julio de 2024.
El estudio destaca que el 85% de los adolescentes prioriza Instagram y TikTok a pesar de ser las redes sociales que más temor causan en los padres (7 de cada 10 familias lo manifiestan así), "reflejando el poder y la influencia que estas plataformas tienen en su vida diaria, lo que está marcando de manera significativa su desarrollo social y emocional".
Asimismo, refleja que el 45% de los adolescentes usa de manera habitual herramientas de Inteligencia Artificial (IA), principalmente chatbots y asistentes virtuales. La mayoría las utiliza para fines académicos, destacando que más de la mitad de los adolescentes emplea estas herramientas para completar los contenidos de una materia (58%).
Por otro lado, un tercio de ellos confía en la IA para recibir consejos sobre sus relaciones sociales, un dato que refleja el papel creciente de estas tecnologías en sus vidas cotidianas.
En cuanto a las situaciones negativas experimentadas en plataformas online, uno de cada cuatro adolescentes afirma haberse visto envuelto en situaciones de sexting a través de plataformas online, una cifra similar al porcentaje que reporta haber sido víctima de deepfakes. Ante la vivencia de este tipo de situaciones, es muy común el recurso a los padres u otros familiares para abordar el problema.
Sobre la supervisión parental, el informe revela que el 60% de los padres siempre supervisa el uso de dispositivos de sus hijos menores de quince años, utilizando herramientas de control parental y limitando el tiempo de exposición a las pantallas.
Ante este tipo de limitaciones, se observan emociones negativas entre los hijos, como la frustración y la sensación de ser controlados, con más frecuencia entre aquellos adolescentes que no dialogan habitualmente con sus padres sobre el uso de la tecnología.
El estudio también indica que tres de cada cuatro padres creen que la implementación de sistemas de verificación de edad contribuiría a crear entornos digitales más seguros.
Este deseo de protección se refleja en que más de la mitad de los padres encuestados afirma que retrasaría la entrega del primer dispositivo móvil a sus hijos si pudieran volver atrás en el tiempo. Entre ellos, uno de cada tres preferiría entregar dicho dispositivo a partir de los quince años.
El informe recoge que, si bien la tecnología ofrece numerosas ventajas, como el acceso a la información y la facilitación de la comunicación, ésta es igualmente percibida como un factor de riesgo para tener en cuenta en la salud mental y el desarrollo integral de los menores.
Los expertos consultados en el estudio insisten en la importancia de "educar a los jóvenes en un uso consciente y equilibrado de las tecnologías digitales".