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Entre guiños y traiciones

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Más vale que Rubalcaba le haga guiños a la izquierda, si esos guiños se corporeizan en compromisos ahora y en programa electoral a continuación.


Ya sabemos todos que esas cosas se hacen siempre por electoralismo y que no son los partidos los más autorizados a criticar por ello a sus adversarios. Los más autorizados somos los que nada tenemos que ver con los partidos o por lo menos los que no somos militantes ni dependemos de ellos. Si luego el candidato incumple sus compromisos, que se atenga a las responsabilidades políticas y electorales.

Lo que digo no me impide ver que este pretendido giro a la izquierda del partido de Rubalcaba o del candidato por su cuenta no sea una frescura política, después de que el Gobierno socialista ha transigido con todas las imposiciones de bandazos a la derecha que le han llegado de Bruselas o de donde sea. Ya dije que lo suyo era dimitir si las medidas eran incompatibles con su programa y con su ideología. Aunque se me diga que mucho más a la derecha habría llegado o llegará el partido de Rajoy si ganan.

En coherencia con el giro socialista a la izquierda estará la indignación del PSOE por la increíble pirueta de Izquierda Unida en Extremadura, que cada vez que la explican se hunden más en el ridículo y el cinismo, en el que caen pese a los clarísimos cantos de sirena de Monago y su partido. Por supuesto que debe ser cierto que los socialistas extremeños se han venido portando horrible con los de IU, pero eso no autoriza a éstos a traicionar de ese modo los principios de la izquierda.

Nunca podrán decir –lo dicen, pero engañan– que es lo mismo PP que PSOE. Tampoco quiero entrar en lo que IU reciba o no a cambio de su abstención activísima. Tan activa que es el motivo directo del acceso del PP al poder extremeño. En fin, a quien Dios se la da, San Pedro se la bendiga. El juicio de la Historia no parece interesarle a nadie. Pero al menos deberían pensar en el juicio de los electores, pues me niego a pensar que éstos se hayan vuelto locos todos o que en este país se haya perdido absolutamente todo lo que nunca debería perderse.

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