El alcalde de Cádiz, Bruno García, insiste en que la vivienda, con el empleo, es prioridad para el equipo de Gobierno, pero se afana en desvincular la dificultad para acceder a un piso, ya sea en compra o alquiler, de la actividad turística. Este pasado viernes, durante la firma de un convenio con el consejero de Turismo, Arturo Bernal, para regular los pisos con fines turísticos, tanto el primer edil como el responsable de la Junta de Andalucía pidieron no demonizar a un sector que, solo en la provincia, crea 224.000 empleos directos e indirectos. Y reiteraron que la pérdida de población es constante en las últimas cuatro décadas, mientras que la proliferación de las viviendas turísticas es un fenómeno relativamente nuevo. De modo que ambos rechazaron tomar nuevas medidas, aparte del intercambio de información para evitar el alta de nuevos inmuebles automáticamente sin constatar que cumplen o no la normativa en vigor y la persecución de la actividad ilegal.
Cuestionado sobre las denuncias por parte del portavoz municipal del PSOE, Óscar Torres, de que Cádiz está inflando “una burbuja hotelera”, el alcalde respondió ostensiblemente enfadado remarcando que las plazas previstas en los proyectos en marcha, en tramitación o todavía sobre el papel, “son las mismas” con las que contaba el anterior equipo de Gobierno de José María González, Kichi.
Pero Adelante Izquierda Gaditana y Cádiz Resiste se niegan a darle la razón al primer edil y han advertido de que este año plantearán otras iniciativas para que la presión turística no expulse a los gaditanos de sus barrios. En el otro lado, el sector de las viviendas turísticas Convive Cádiz apunta a que el verdadero problema es que Cádiz tiene más de 5.000 viviendas vacías, si bien las administraciones eluden este debate.
