Suben cortinas y nos encontramos en escena a doce hobbits, ya saben, esa raza de pequeños seres (“como niños a nuestros ojos”) imaginada por J.R.R. Tolkien en su afamada saga literaria. Frodo afina poco. Musicalmente el pasodoble es difícil de describir. En la primera letra no les salen las cuentas, pues dedican muchas horas al día a las obligaciones y pocas a su familia. Crítica a la falta de viviendas en Cádiz, criticando a los políticos (en genérico) por levantar un rascacielos (promoción que resulta ser privada) para cuatro ricos. Cuplés cortitos, como el estribillo. El popurrí consigue que nos pongamos de parte de los orcos.
Lo mejor El “corred, insensatos” desde el gallinero en mitad del popurrí
Lo peor La interpretación y un repertorio que es pescaíto en blanco