La Guardia Civil de Cádiz anunció este jueves la detención de los responsables de tres establecimientos CBD Shop en la capital, clausurando además dos de ellos por un delito contra la salud pública y una amplia variedad de infracciones administrativas relacionadas con esta misma causa.
Cientos de productos, desde gominolas, caramelos a productos cosméticos, han sido intervenidos en la llamada Operación Sumiflor, al provenir de las sumidades floridas del cannabis, lo que comúnmente se conoce como cogollos de la marihuana. Según explicó la Guardia Civil, “la Lista Mundial de Estupefacientes deja claro que no se pueden comercializar cogollos de marihuana ni ningún producto derivado, independientemente del porcentaje de THC que contengan”.
Asimismo, estos productos carecían de trazabilidad, “el documento que nos cuenta el origen, proceso y materiales de fabricación” de cada uno de estos productos, “exigible a cualquier producto que se vaya a comercializar por cualquier vía”. Este tipo de establecimientos han ganado popularidad en los últimos años, dispensando productos a partir del CBD o cannabidiol, uno de los componentes más populares del cannabis y que no cuenta con efectos psicoactivos, como sí ocurre con el THC (tetrahidrocannabinol, el principal constituyente psicoactivo del cannabis).
En este caso, al derivar los productos ofrecidos en estos tres establecimientos de la capital de cogollos de marihuana, “puede pasar que una persona crea que está consumiendo un producto que cree legal y a la hora de coger el coche y pasar un control dé positivo en THC”. En una de estas tiendas fue hallada también una tableta de resina de hachís que los responsables troceaban y vendían “al más puro estilo de los puntos de menudeo”. Por ello, los agentes advirtieron a los consumidores que “por mucho que les hayan dado un ticket de compra, se trata de un estupefaciente y también pueden ser sancionados”.
'Vending' y envíos
La Operación Sumiflor, tutelada por la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Cádiz, comenzó el pasado verano, cuando los guardias civiles de la Unidad de Análisis e Investigación Fiscal y Fronteras (UDAIFF) tuvieron conocimiento de que una empresa de la capital estaba comercializando cogollos de marihuana y otros productos derivados de los mismos en tres establecimientos denominados CBD Shop, uno de ellos con atención presencial y otro mediante el sistema de máquinas expendedoras tipo vending, donde se podían adquirir los productos sin ningún tipo de control. Además, contaban con su propia app para la venta a través de paquetería, interviniendo once de estos envíos.
Gracias a las inspecciones realizadas la Guardia Civil logró intervenir cientos de artículos de procedencia ilícita, además de 65 kilos de cogollos de marihuana secos y listos para su venta. Por todo ello han sido detenidas dos personas, un hombre y una mujer, como propietarios y responsables directos de los establecimientos.