La denuncia de la directora del distrito sanitario Bahía de Cádiz-Janda, Sira Morales, a Antonio Vergara por “insultos y amenazas” puede costarle al portavoz de las Mareas Blancas de la provincia de Cádiz una multa de diez euros al día durante seis meses y una orden de alejamiento. Pero Vergara, ha dicho tras declarar ante el juez “que no estoy asustado, estoy emocionado porque veo que no estamos solos, y tenemos razón”, dado que accedió al juzgado y salió del mismo arropado por cientos de personas que corearon consignas a favor de su inocencia y por la sanidad pública.
Vergara ha reiterado que los hechos que le han llevado ante el juez se remontan a junio pasado, cuando irrumpió en un encuentro del Consejo de Participación Ciudadana presidida por Morales en la Casa del Mar tras eludir la solicitud reunión con Mareas Blancas en dos ocasiones. El portavoz del movimiento ciudadano le dijo a la responsable sanitaria que “como llevas 15 años en la privada, piensas que puedes hacer lo que quieras, pero no puedes, en la pública hay unas normas y unas obligaciones”, en relación al cierre por las tardes previsto durante verano de los centros de salud del distrito, y le advirtió de que “a lo mejor, ellos podían poner en peligro su cargo”. “Quizás le llego al alma”, admite, pero remarca que, en ningún caso, fue un insulto o una amenaza. “A esa señora ni la conozco”, ha asegurado.
Para Vergara, la denuncia forma parte de una estrategia de la Administración para desalentar al movimiento ciudadano. Pincha en hueso, porque ha conseguido el efecto contrario. “Le he pedido a encarecidamente a la delegada de Sanidad que me denuncie cada seis meses, esto es una inyección para nosotros”, ha ironizado, y ha remachado: “No nos callarán”.