Durante este mes de marzo está abierto el proceso de matriculación de los niños y niñas que comienzan por primera vez su vida escolar. Es el momento en el que muchas familias se preguntan a qué colegio llevar a sus hijos. Y acaban encontrando muchas razones por las que elegir la escuela pública, entre ellas, por su calidad.
Y es que calidad está en la pública porque es la que garantiza el derecho a la educación desde la igualdad, la diversidad y los principios democráticos. Es la escuela pública la que promueve la igualdad y un futuro prometedor para todos nuestros niños y niñas, sin exclusiones. Los centros públicos reflejan la diversidad de la sociedad, fomentando entre el alumnado los valores del respeto y el aprecio hacia las diferencias, enriqueciéndose con ello.
La sociedad democrática requiere de una ciudadanía con pensamiento crítico, con amplitud de miras y sin prejuicios. Requiere también de pluralismo y diálogo, que son fundamento del conocimiento. Eso se encuentra en la educación pública.
La calidad de la pública se ofrece, además, desde la gratuidad. Es el único modelo que garantiza el acceso a todas las familias, incluyendo a los niños y niñas con necesidades educativas especiales. Ofrece también servicios complementarios, becas y ayudas. Los docentes y profesionales de la pública han superado procesos de acceso transparentes que garantizan la diversidad de perspectivas y la solidez de su formación. Buscan la mejora y la innovación en su práctica educativa, fomentando la creatividad y la educación integral del alumnado.
Además, la escuela pública trabaja decididamente por educar en la igualdad entre chicos y chicas, confrontando estereotipos y construyendo alternativas al sexismo. Se ha avanzado mucho en igualdad entre géneros en las últimas décadas. Esto no habría sido posible sin la educación pública. Y, por supuesto, es necesario seguir avanzando.
No podemos olvidar que el compromiso con la educación pública no puede ser solo el de la comunidad educativa. Necesitamos que la Junta de Andalucía la apoye plenamente. En un contexto de bajada de natalidad no se deben recortar aulas, que es lo que está haciendo el Gobierno andaluz, sino que es la ocasión de reducir la ratio, la cantidad de alumnado por clase. No es época de ir hacia atrás en inversión educativa, sino al contrario, es tiempo de avanzar en derechos.
La educación pública, al igual que la sanidad y otros servicios públicos están sufriendo recortes en vez de ser apoyadas como debieran. La ciudadanía es consciente de ello y cada vez lo denuncia más. En la pandemia recordamos la importancia de los servicios públicos, las razones de su existencia. Que no se nos olviden. Nos va la vida en ello.
