Los artistas de Cádiz dejaron su impronta en la undécima edición de los Premios Lorca, que entrega la Academia de las Artes Escénicas de Andalucía. El algecireño Antonio Romera Chipi triunfó con tres galardones, al mejor espectáculo de teatro con su obra El bar nuestro de cada día, a mejor intérprete masculino y a mejor autoría de música, galardón compartido con el también gaditano Javier Galiana de la Rosa por esta misma obra. En este espectáculo, con tintes de concierto, asistimos a un velatorio que en realidad es una fiesta, una despedida que esconde una ofrenda a Dionisio como dios supremo del teatro.
Por otro lado, la gaditana Luna Sánchez obtuvo junto a su compañera Ana F. Melero el premio Lorca a mejor espectáculo de calle por su obra Pies de gallina. Finalmente, el documental dedicado a Teatro Carrusel de Cádiz, La balada perdida, dirigido por Lolo Ruiz, obtuvo el premio Lorca en la categoría al mejor audiovisual.
El Teatro Central de Sevilla volvió a ser el anfitrión de esta undécima edición de los Premios Lorca, que han contado con el apoyo de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales de la Junta de Andalucía y la Fundación SGAE y la colaboración de El Golpe, Cultura del entorno y la revista ConArte Media. La presentación de la gala fue a cargo de la compañía Repálagos, de Adrián Pino, Mer Lozano, Rocío Segovia y Manuel Sánchez, con interpretaciones de Manuela Nogales, Fernando Hurtado y Paz de Alarcón.
La gala, dirigida por Emilio Goyanes y con guion de Borja de Diego comenzó con el tradicional discurso del presidente de la Academia, Alfonso Zurro que, de manera poética pero muy enérgica, volvió a reseñar el momento crítico por el que pasan las artes escénicas en Andalucía.
La gala estuvo dedicada en esta ocasión a la danza andaluza, con los creadores Manuela Nogales y Fernando Hurtado reconocidos con los Lorca de Honor por su aportación a este arte.