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Cádiz

Cádiz se hace Jerusalén bajo un cielo sin nubes

La Semana Santa gaditana arrancó de forma oficial este Domingo de Ramos con una jornada sin sobresaltos

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Cádiz volvió a ser Jerusalén por un día. Con un sol radiante que bañaba cada rincón de la ciudad, la Semana Santa gaditana arrancó de forma oficial este Domingo de Ramos con una jornada sin sobresaltos y cinco hermandades cumpliendo rigurosamente sus horarios. 

La ciudad, fiel a la tradición, se echó a la calle a estrenar ropa, palmas y emociones, bajo un cielo tan despejado que no hacía falta mirar hacia arriba, salvo para admirar su azul profundo. 

El día litúrgicamente más gozoso de la Semana Santa -la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén- se vivió con intensidad en Cádiz, donde procesionaron La Borriquita, El Despojado, La Cena, Las Penas y Humildad y Paciencia. 
Cada una, con su sello propio, aportó belleza, solemnidad y pasión a una jornada que quedará en la memoria cofrade. 

La Borriquita: la alegría de los pequeños
La Parroquia de San José fue el punto de partida de la primera procesión del día. A las 13.30 horas, el pregonero de la Semana Santa, Miguel Ángel Sastre Uyá, abría simbólicamente la Semana Santa con el tradicional toque de martillo. 

A su alrededor, un mar de pequeños revestidos de penitentes llenaba de vida las inmediaciones. La salida del paso de Jesús de la Paz estuvo acompañada por la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Salud. El cortejo avanzó por la Avenida de Andalucía, que presentaba un lleno absoluto. 

Estrenaban equipo de capataces y destacaba, especialmente, la salida bajo palio de María Santísima del Amparo, con una nueva corona realizada en los talleres de Ricardo Muñoz. 

A pesar de un pequeño contratiempo técnico -uno de los varales del palio se soltó a la altura de San Juan de Dios-, la procesión continuó sin mayores incidencias, dejando momentos de gran belleza en su recorrido hacia el centro histórico.

El Despojado: juventud y fuerza
Poco después, a las 15.15 horas, partía desde el colegio salesiano la hermandad de Nuestro Padre Jesús del Amor Despojado. Más de 300 nazarenos, muchos de ellos jóvenes, formaron un cortejo blanco y solemne que recorrió las calles con un andar valiente, característico de esta cofradía.
El paso, acompañado por la Banda de Cornetas y Tambores Cristo de la Columna (conocida como Los Coloraos de Daimiel), fue especialmente seguido en su recorrido de regreso por calle Sopranis, donde los cargadores arrancaron aplausos con una mecida brillante. Esta hermandad se confirma como una de las más pujantes y con mayor crecimiento de la ciudad.

La Cena: sobriedad 
Por la tarde, desde el Santuario de la Virgen del Rosario, salía la Hermandad de la Sagrada Cena. Como es habitual, Fray Pascual Saturio dirigió unas emotivas palabras a los hermanos antes de que el cortejo se pusiera en la calle. Casi 200 penitentes acompañaron al Señor del Milagro, con nuevos estrenos en el paso de misterio: el dorado de un lateral y los cuatro guardabrisas. Con serenidad, y al ritmo de la Agrupación Musical Polillas, la salida se completó con éxito, pese a la estrechez del templo. La imagen de Luis González Rey llegó puntual a la Catedral, escoltada por una cuadrilla que resolvió con maestría las maniobras más complejas.

Las Penas: memoria y futuro
Casi al mismo tiempo, la Cruz de Guía de Las Penas se plantaba ante la Catedral. El paso de misterio lucía el nuevo dorado trasero, cartelas y crestería diseñadas por Juan Carlos García e Isabel Mariño. Aunque ya no se repitió la composición de la magna de 2023, donde el Señor fue acompañado por otras imágenes, la hermandad mantiene la intención de reproducir ese grupo escultórico en el futuro con tallas propias. 
La imagen de Jesús de las Penas, talla obra de Luis Álvarez Duarte, fue el centro de todas las miradas en una procesión marcada por el recogimiento y la elegancia.

Humildad y Paciencia: sabor cofrade
La jornada la cerró la cofradía de Humildad y Paciencia, cuya cercanía a la carrera oficial hace de su recorrido uno de los más breves pero también más intensos. El Señor, sobre su paso dorado, fue acompañado por la Banda de Cornetas y Tambores Rosario de Arriate (Málaga), mientras la Virgen de la Amargura salió aún con luz natural, dejando ver todo el detalle de su talla, obra del imaginero Sebastián Santos.
En su camino de ida y regreso, la hermandad pasó por rincones con sabor cofrade como Pedro o Beato Diego José de Cádiz. Ya en San Francisco, cuando el cortejo se preparaba para entrar en carrera oficial, sonó la marcha Amarguras, sello indiscutible de la tradición gaditana.

Jornada para el recuerdo
Sin incidentes reseñables, con una climatología casi perfecta y una ciudad entregada, el Domingo de Ramos de 2025 pasará a la historia como una jornada ejemplar. Cádiz volvió a abrir su corazón a la Semana Santa, con respeto, fervor y belleza en cada esquina. El cielo fue testigo de una pasión que ya recorre sus calles, y que apenas ha comenzado.

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