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Si el último recurso presentado por el abogado de María Rosa Salomón no prospera ante el juzgado, la mujer, de 25 años, tendrá que desalojar la vivienda de Procasa que habita desde hace un año el próximo lunes, 23 de junio, a las 09.00 horas.
María Rosa admite que la ocupación de la casa en Marinero en Tierra, 3, en Guillén Moreno, es indebida. El puesto que tiene asignado en el Registro de Vivienda Municipal es muy alto. Pero, cuando supo que la anterior inquilina ingresaba en una residencia, se hizo con la llave porque quería dar dignidad a su familia.
La mujer tiene dos hijos. La niña, de 3 años, sufre asma crónico a raíz de una bronquilitis adquirida por las lamentables condiciones del piso que la familia tenía alquilada en la plaza Helios. Las humedades pasaron factura a la salud de la pequeña. El propietario trató de solucionar las deficiencias del inmueble, por el que pagaba 650 euros al mes, pero no volvieron a aparecer las humedades que causaron estragos en el estado de la niña y no les renovaron el contrato. María Rosa tiene otro hijo, de 5 años, y una pareja, que que tiene en el sector naval sin contrato fijo. “Trabaja un mes, luego está dos semanas sin faena”, relata.
La Policía Local se plantó ante la puerta de su casa. Procasa denunció. El Juzgado tiene que decidir. A unos y a otros les da la misma respuesta: “No tengo alternativa”.
Durante un año, la familia ocupó el salón de la casa de la suegra de la mujer. En total, el hogar, también propiedad de la empresa municipal, daba cobijo a once personas.
En estas condiciones, decidió dar el paso y ocupar el piso de Marinero en Tierra que, salvo que la Justicia, el Ayuntamiento de Cádiz, Procasa, decidan, quiere mantener hasta encontrar una solución habitacional.
Lo tiene complicado por la falta de oferta, los precios desorbitados y las exigencias: nómina solvente y fija, fiador.
La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDH-A) ve similitudes con el caso de Tamara Manzano y reclama al alcalde, Bruno García, sensibilidad, por un lado, y una casa. No basta pensión y ayuda al alquiler, dicen.