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Las autoescuelas de Cádiz viven una situación límite. Por ello este viernes profesionales del gremio protagonizarán una concentración para denunciar el “colapso total” que sufren por la falta de examinadores. Una circunstancia que está generando importantes retrasos a la hora de agendar los exámenes, con en torno a 11.000 personas en lista de espera actualmente en la provincia gaditana.
Las autoescuelas de toda la provincia llevarán a cabo una marcha lenta este viernes 20 de junio entre las 8.30 y las 10 horas aproximadamente, con salida desde la calle Adelfa y que culminará, tras recorrer la avenida principal de la ciudad, con una concentración en la puerta de la Jefatura Provincial de Tráfico, en la calle Santa Rafaela María.
Raúl Torres Barroso, de la Autoescuela Plaza Mina y representante del colectivo, explica que la situación “viene de lejos”, pues los profesionales ya llevaron a cabo una primera huelga en el año 2020 por este mismo motivo. “Entonces conseguimos que enviaran examinadores, pero ahora estamos peor que nunca”, subraya.
Explica que en Cádiz “llegamos a tener hasta 37 examinadores, pero se han ido jubilando y ahora sólo quedan 17 activos, de los cuales este verano sólo trabajan siete”. El verano, precisamente, “es la época de mayor trabajo para nosotros y también el momento en que los clientes, que pagan su tasa a la administración, tienen derecho a ser atendidos”, reivindica Torres.
Según detalla Raúl Torres, sólo en la Bahía de Cádiz hay 3.143 alumnos esperando examen. “Desde que se examina el primero hasta que se examina el último pasan seis meses, lo que significa que un alumno sólo puede presentarse dos veces al año. Eso es inviable”, subraya, para recordar que “el total de personas en lista de espera en toda la provincia ronda los 11.000”. Cabe recordar que los siete examinadores que estarán operativos durante el verano se reparten entre la zona de la Bahía de Cádiz, Jerez y el Campo de Gibraltar.
La situación se ha convertido en un calvario para los usuarios, que deben esperar meses para examinarse, y también para las autoescuelas, que ven peligrar su futuro. “Van a cerrar autoescuelas y mucha gente va a quedarse sin trabajo. Gracias al verano sobrevivimos muchos a los meses de invierno, pero esta situación es insostenible. Si le doy clase a diez alumnos al día, sé que sólo van a poder examinarse dos. Eso es engañarles”, lamentó. Además, el personal de las autoescuelas tiene que hacer frente a la frustración del usuario, que “recae sobre nosotros como si no quisiéramos presentarlos, cuando al final vivimos de esto”.
Raúl Torres expone que la única solución es “contratar más examinadores. No se pueden convocar sólo 20 o 30 plazas en toda España mientras se jubilan cien profesionales al año. Hace falta que manden personal desde Madrid y que se queden, no un parche de tres personas por un mes. Necesitamos examinadores fijos que mantengan el servicio”, remata.