Quien fuera uno de los rostros más angelicales del cine durante los años 80 se ha transformado completamente luciendo una imagen que parece más bien obra de un bisturí que de la propia genética. De esta forma, parece que Jennifer Grey pasa a engrosar así la larga lista de celebrities que no es capaz de ver pasar el tiempo sobre su imagen y acuden a la mágica ayuda de la ciencia.
Jennifer Grey estuvo el pasado martes en la celebración en Los Angeles del 25 aniversario de la película más importante de su carrera: Dirty Dancing, cinta que hizo bailar a millones de personas y que se llevó el reconocimiento de los profesionales cuando ganó cuatro Oscar de la Academia de Hollywood.
En el popular largometraje, Jennifer Grey compartía protagonismo junto a Patrick Swayze, actor que falleció en 2009 a causa de un cáncer de páncreas que no pudo superar. Por este motivo, en la conmemoración del 25 aniversario de Dirty Dancing solo pudimos disfrutar de Jennifer Grey quien acudió con su marido Clark Glegg y su hija de diez años, Stella.
Durante la década de los ochenta (momento en que se rodó Dirty Dancing), Grey era una joven de apenas 27 años que impactó al gran público con su melena rizada y su aspecto tierno e inocente. Pero ahora, a sus 55, Jennifer parece que ha decidido cambiar por completo su look y, aunque sigue apostando por la media melena, ha dejado atrás sus alocados rizos y los ha sustituido por una melena lisa.
Además, todo apunta a que la actriz se ha hecho algún retoque en su rostro porque, a pesar de mostrar algunas arrugas en el contorno de su mirada (algo lógico en su edad), el resto de su semblante presenta una tersura propia de una adolescente y no de una mujer de sus años.
¿Qué opinan, le ha sentado bien el cambio?