La troika internacional que supervisa la economía griega ha pedido al Gobierno de Atenas que flexibilice las relaciones laborales con diversas medidas, entre ellas el aumento de la semana laboral de cinco a seis días.
La información procede de un correo electrónico enviado por representantes de la troika -formada por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)- a los ministerios griegos de Finanzas y Trabajo y filtrado hoy por el diario económico "Imerisia".
La autenticidad de este e-mail y de su contenido fue confirmada a Efe por una fuente del Ministerio de Finanzas, que no quiso revelar los detalles del mismo.
Entre las propuestas más polémicas se encuentra aumentar la semana laboral a seis días y reducir el descanso mínimo entre turnos de trabajo a once horas, además de eliminar las restricciones a los cambios de turno de mañana y de tarde según las necesidades del empresario, puntualiza el diario "Imerisia".
Igualmente, la troika exige reducir a la mitad la indemnización por despido y el plazo del que dispone el empresario para notificar la rescisión del contrato.
También pretende que disminuya la contribución al Fondo de la Seguridad Social que pagan las empresas por cada empleado, a pesar del empeoramiento de la recaudación del Estado en este sentido.
"No se trata de propuestas nuevas, pues la troika lleva tiempo haciéndolas. Pero, de momento, son sólo propuestas, no significa que el Gobierno griego deba aceptarlas", explicó a Efe la fuente ministerial, que solicitó el anonimato por lo delicado del asunto.
La tasa de desempleo en Grecia se situó en mayo en el 23,1 % (54,9 % en el caso de los menores de 25 años) y el nivel adquisitivo de los trabajadores griegos ha caído a cifras de hace tres décadas, según estimaciones de los sindicatos.
Los inspectores de la troika se encuentran en Grecia desde la pasada semana, aunque los jefes de misión llegarán el viernes para negociar con el Gobierno de Atenas, con el objetivo de supervisar el nuevo plan de ahorro valorado en 11.600 millones de euros.
La troika debe dar el visto bueno a los nuevos recortes presupuestarios para que los socios europeos accedan a liberar un nuevo tramo, de 31.000 millones de euros, del rescate financiero concedido a Grecia el pasado marzo.