Los de Granero para nada dieron la sensación de ser el penúltimo clasificado de Segunda. Salieron al partido muy metidos, le pusieron mucha chispa, en ocasiones manejaron la posición del cuero y estuvieron a punto de darle un susto a un Chema que otra vez calló muchas bocas, las de aquellos que dudaban de la portería azulina. Pues bien, en los últimos tres partidos en casa no han encajado ningún gol. Por cierto, que el Xerez ha ganado a Tenerife, Celta y Alicante por el mismo resultado, 2 a 0.
Para llegar a ese marcador ante los que vestían de naranja hubo que tener mucha paciencia, y mucho oficio. De ese que llevan a grandes logros a los equipos importantes. Porque este Xerez, al margen de ser primero, de la solidez en casa y de la calidad del plantel, ofrece sensaciones de equipo compacto que sabe leer los partidos, que no se desespera como en otras ocasiones en las que no ha sabido matar los encuentros y que tiene muy claro a lo que juega.
El campo no permitía jugar. Mucha agua, demasiados charcos por la banda y menos fútbol. A Viqueira le costó más aparecer por esta razón, aunque hizo un gran trabajo en las ayudas defensivas y siempre intentándolo. Moreno volvió para seguir en su línea de siempre, cumpliendo en la medular. Momo y Carlos Calvo lo intentaban por las alas, pero las bandas es las que estaban más sufridas por la lluvia y en ocasiones había que ponerse el gorrito del waterpolo para tratar de darle movilidad al balón por esas zonas.
Los primeros acercamientos tuvieron color azulino, con una de esas que Antoñito no suele fallar y con otro disparo ajustadito del capi Mendoza, pero el que tuvo el gol casi cantado fue el Alicante en el siete de juego de no ser porque Martí Crespí sacó prácticamente bajo palos un lanzamiento del conjunto de Granero. El Alicante se estaba llevando casi todos los rechaces, Esteban no lo veía claro desde el banquillo y los jugadores azulinos no paraban de hablar entre ellos buscando el orden y la fórmula que les permitiera romper el serio bloque que había puesto el conjunto rival que, sin encerrarse atrás, estaba muy sólido. Unanua, que como Ismael, regresaba a Chapín -al segundo de ellos le recibieron y acompañaron durante todo el partido con pitos- y tuvo que meter una buena mano para despejar un disparo peligroso de Carlos Calvo con la zurda. A renglón seguido de esa jugada, Martí Crespí marca con la testa pero la acción quedó invalidada por fuera de juego. Era el minuto 26 y hasta el final de la primera no habría más aproximaciones claras ni por unos ni por otros.
En la segunda, más de lo mismo. El Alicante empujaba ligeramente, Roberto Peragón era un incordio para la retaguardia xerecista y a los azulinos les costaba mucho darle circulación al esférico. Alan, en el 55, también acarició el gol alicantino de no ser por la gran estirada, palomita con vuelo de Superman, de Chema, que metió la mano de oro para despejar el lanzamiento del jugador contrario. El meta de Orihuela, ex del Alicante, volvería a parecer poco después para abortar un disparo de Capi que llevaba veneno.
El Alicante se animaba por minutos, pero Esteban pidió cambio. Que entre Brian. Y Chapín lo recibió a lo grande. El argentino aumentó las pulsaciones del choque. El corazón del aficionado subía hasta la garganta cada vez que recibía Currito y emprendía una carrera hacia el gol.
En una de esas se metió en el área, mareó a propios y extraños y cayó derribado. Penalti. El Piyiyi Momo se preparó para lanzar el penalti. Lo tiró al lado cambiado y no falló. El Xerez se hacía más líder.
Después tocó control y aguante. El Alicante siguió intentándolo, mucha voluntad pero poco tino. No hubo que pasar apuros. Mario Bermejo y Carlos Calvo protagonizaron dos llegadas, pero la buena fue la de Brian, que tras un pase de Carlos Calvo, puso un respiro completo en un Chapín que para entonces ya se había convertido en el local de fiestas del líder. Cada vez que el Xerez juega en casa toca hacer la ola, saludar a los fondos o botar y botar en el asiento.
Sarmiento se marcó un bailecito, lo celebró con la grada, a la que acabó regalándole su camiseta. Ya marcó ante el Alavés y otra vez volvió a doctorarse y demostrar que tiene condiciones, que ve el fútbol a una velocidad tremenda y que, para los partidos apurados, se puede confiar en él como desatascador. 2 a 0 y cuarenta puntos en el bolsillo, a diez de la salvación cuando todavía queda media vuelta por delante. Que siga la fiesta.
Xerez Deportivo: Chema; Mendoza, Francis, Silva (Bergantiños, m.88), Martí Crespí; Moreno, Viqueira, Carlos Calvo, Antoñito (Sarmiento, m.64); Calle (Mario Bermejo, m.72) y Momo.
Alicante: Unanua; David Malo, Germán, Ricardo Cavas, Catalá; Capi, Alan, Azkoitia, Torrecilla (Luis Gil, 78); Ismael (Pedro, m.70) y Roberto Peragón (Fernando, m.81).
Goles: 1-0, min.74: Momo, de penalti. 2-0, min. 86: Sarmiento.
Árbitro: Afonso Suárez (Comité de Las Palmas). Amonestó a los visitantes Germán, Catalá, Alan y Azkoitia.