El caso de Marta del Castillo ha dado un giro inesperado tras cambiar Miguel Carcaño su declaración que ayer ratificaba ante el juez, en la que inculpa ahora del asesinato de la joven al menor de edad Javier G. M, de 15 años, algo que él niega, y además afirma que arrojaron su cuerpo a un contenedor de basura cercano a la vivienda de León XIII donde supuestamente sucedió el crimen, por lo que la búsqueda se ha trasladado desde el río Guadalquivir hasta el vertedero de Alcalá de Guadaíra, donde se han depositado 68.000 toneladas de basuras desde que murió Marta.
El cambio de declaración de Miguel Carcaño provocó ayer que el juez instructor del caso, Francisco de Asís Molina, ordenara dos careos entre los implicados y una nueva reconstrucción del crimen para aclarar los hechos después de que el que hasta ahora se autoinculpaba de la muerte de la menor cambiara el lunes su versión y la ratificara ante el juez.
Así, Miguel atribuía en esta nueva declaración la muerte de Marta, cuyo cuerpo dice que tiraron a un contenedor en la calle León XIII, a Javier G. M, el menor de 15 años que a su vez negó tal extremo ante el instructor del caso e insistió en defender su inocencia.
De esta forma, el juez instructor ordenó un careo entre Miguel y Javier y, posteriormente declaró el amigo de ambos implicado en los hechos, Samuel B. P, que también fue sometido a un careo con Miguel. Según las informaciones facilitadas, Miguel no precisó la forma en la que se cometió el crimen, y tanto el menor como Samuel B. P. aseguraron no tener conocimiento de esta nueva versión, por lo que defendieron su inocencia tal y como hicieron en comparecencias anteriores ante el instructor del caso.
Tras los dos careos, el juez se trasladó con varios de los implicados al piso de León XIII, en el que estuvo desde las 16.25 horas hasta las 19.50 horas, cuando abandonó la vivienda en compañía del fiscal del caso tras una nueva reconstrucción de los hechos. La nueva reconstrucción de los hechos en el domicilio del presunto asesino de Marta duró cinco horas y hasta allí se trasladaron también los abogados personados en la causa.
Dentro de la vivienda, la Policía Nacional introdujo una silla de ruedas y un maniquí que habrían servido para reconstruir los hechos acaecidos la noche del 24 de enero, ya que Miguel dijo al juez que el cadáver había sido depositado en un contenedor de basura frente a la versión anterior de que había sido arrojada a las aguas del Guadalquivir.
Mientras tanto, en el exterior de la vivienda una fuerte presencia policial y un cordón de seguridad, a partir del cual se agolpó gran cantidad de periodistas y curiosos, desde las inmediaciones del portal de la vivienda.
El autor confeso del crimen declaró también que no tiró el cuerpo de la joven al río sino a un contenedor de basura, cercano a su vivienda, en la calle León XIII de Sevilla. La nueva declaración ha provocado que el juez instructor ordenara el registro del vertedero de Alcalá de Guadaíra, donde se depositan los residuos recogidos en Sevilla.
De hecho, el delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, presidió ayer una reunión de los equipos de rescate que hasta ahora han buscado a Marta en el Guadalquivir, que a partir de ahora trabajarán en el vertedero donde puede hallarse el cuerpo. La reunión se centró en planificar los técnicos y especialistas que se necesitan para las nuevas labores de rescate.
67.000 toneladas de basura
Después de más de un mes con doscientas personas buscando a Marta en el Guadalquivir, las pesquisas se desplazarán hoy al Complejo Medioambiental Monte-Marta de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), que recibe al día unas 1.300 toneladas de residuos, por lo que en los 52 días que han pasado desde la muerte de Marta habría recibido un total de 67.600 toneladas de basura.
Fuentes de la empresa municipal de limpieza de Sevilla, Lipasam, precisaron que el vertedero, ubicado en el término municipal de Alcalá de Guadaíra, a 28 kilómetros de la capital andaluza, paró el lunes por la tarde para atender al juez que lleva el caso de Marta, aunque ayer funcionó con normalidad.
El vertedero lo gestiona la empresa privada Aborgase, que tiene una concesión administrativa para esta función, y ocupa una extensión de cien hectáreas, de las que el 30% se dedican a los vertidos. Las mismas fuentes explicaron que la basura procedente de los contenedores orgánicos, en uno de los cuales habrían arrojado el cuerpo de Marta la noche del 24 de enero pasado, se deposita en un gran foso que se vacía regularmente por medio de grúas en cintas transportadoras.
El portavoz de Lipasam explicó que en el gran foso que recibe todos los restos de los contenedores “es casi imposible” que esté el cuerpo de Marta porque se vacía con regularidad, y señaló que sería “laborioso, complicado y costosísimo” localizar los restos de la chica en otras zonas del vertedero.
Se están cachondeando
Mientras, Antonio del Castillo, el padre de Marta, aseguró ayer que los presuntos implicados en la muerte de su hija “se están cachondeando de la Justicia y de la familia”. Sostuvo que los acusados “algo ocultan” y dijo que no le extraña “nada” y que “viendo lo fríos y calculadores que son estos individuos, me temo lo peor”.
Del Castillo apuntó que al principio vio “lógico” que hubieran arrojado el cadáver al río, pero con el paso del tiempo “vi claro que habían estado conspirando, posiblemente para ganar tiempo”, y también lamentó que el cuerpo de su hija sólo haya sido buscado en el río y que Rocío, la joven de 14 años novia de Miguel, confesara sólo hace unos días conocer los hechos desde la noche del suceso.