Federico García Lorca

Publicado: 13/08/2014
El inmortal poeta granadino formó parte de la Generación del 27, junto a Rafael Alberti, Gerardo Diego, Luis Cernuda, Jorge Guillén, Pedro Salinas, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Manuel Altolaguirre y Emilio Prados, estos últimos fundadores de la prestigiosa revista LITORAL, con sede en Torremol
    Nació Federico García Lorca el domingo 5 de junio de 1898 en Fuentevaqueros (Granada). Y murió el 19 de agosto de 1936 entre Víznar y Alfacar, también Granada, víctima inocente de la conspiración nacional que encendió la contienda civil. Algunas biografías dan como fecha de su muerte el 18 de agosto, lo cual es inexacto, ya que, según documentos y el testimonio de la familia, el fusilamiento decretado por unos desaprensivos que demostraban odiar la cultura -y particularmente la poesía y el teatro- acaeció un miércoles de madrugada y precisamente el 19 de agosto de aquel año fue miércoles.

 

  Se observa una circunstancia curiosa en el nombre y fechas del insigne y universal poeta granadino, que también fue músico -tenía estudios de piano- y de hecho sus compañeros de estudios le conocían más como músico que como escritor. Sumadas las letras del nombre de Federico García Lorca se obtiene 19, guarismos que sumados entre sí alcanzan el número 10. Igualmente, si sumamos las cifras de su fecha de nacimiento -5.6.1898-, obtenemos 37, y adicionando ambas entre sí alcanzamos otra vez el 10. Otro tanto ocurre con la fecha de su fallecimiento -19.8.1936- que, sumando todas sus cifras, obtenemos 37, con lo que nuevamente la suma de estas últimas da 10.    

 

    A quien esto redacta le cupo en sus mozos años el inmerecido privilegio de tener como maestro en las artes poéticas al ilustre cántabro don Gerardo Diego, de la famosa Generación del 27 y buen amigo de Federico, también de la misma cultural Generación, de la que además formaron parte las poéticas celebridades Rafael Alberti, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Jorge Guillén, Pedro Salinas, Dámaso Alonso, Manuel Altolaguirre y Emilio Prados, estos últimos fundadores de la popular revista Litoral, considerada como el sumo órgano impreso de las artes literarias, única en su género, que tiene su sede en Torremolinos, donde precisamente Cernuda disfrutó de una temporada junto al mar, en el Castillo del Inglés.

 

   A Torremolinos bajo el nombre de Sansueña dedicó Cernuda, de la Generación del 27 y colega de Federico, unos versos que loan al cementerio local, del que dice que “huerto parecería si no fuese por las losas posadas en la hierba, como un poco de nieve que no oprime”. Torremolinos le inspiró buena parte de su obra “El indolente”, donde escribe, hablando de aquel Torremolinos de finales de los años veinte convertido en Sansueña en su fértil imaginación: "Sansueña es un pueblo ribereño en el mar del sur transparente y profundo... En Sansueña los ojos se abren a la luz pura y el pecho respira un aire oloroso... La paz ha hecho su morada bajo los sombrajos donde duermen estos hombres. Y aunque al amanecer les despierte, yendo en sus barcas a tender las redes, a mediodía retiradas con el copo, también durante el día reina la paz... Si alguna vez me pierdo, que vengan a buscarme aquí, a Sansueña".

  

 Desconocemos si Federico García Lorca disfrutó alguna vez del bendito lugar de Torremolinos, aunque es evidente que por aquí hubo de pasar cuando visitaba a sus análogos de Cádiz, como Alberti; no obstante, en Torremolinos tiene su plaza, frente al Ayuntamiento; también justamente frente a la plaza dedicada a Blas Infante, padre de la Patria andaluza, que falleció en el mismo mes y año, víctima igualmente de la incontrolada barbarie de aquellos revueltos tiempos.

  

 En su “Libro de Poemas”, editado en 1921, Federico García Lorca dedica a su homólogo Gerardo Diego las siguientes palabras, en su introducción bajo el nombre de ‘Poética (de viva voz a Gerardo Diego)’: “Pero, ¿qué voy a decir yo de la Poesía? ¿Qué voy a decir de esas nubes, de ese cielo? Mirar, mirar, mirarlas, mirarle y nada más. Comprenderás que un poeta no puede decir nada de la Poesía. Eso déjaselo a los críticos y profesores. Pero ni tú ni yo ni ningún poeta sabemos lo que es la Poesía”.

 

    Pero Federico García Lorca sí supo lo que era Poesía. Nos legó un inagotable tesoro de versos que difícilmente pueden superarse. La obra de Federico es mucho más profunda de lo que el estudiante de Literatura puede abarcar por compromiso en el corto tiempo de unos cursos. Va mucho más allá de la luna, el caballo y los chopos. De trascendencia universal, sus versos son estrellas eternas que iluminan y guían los pasos de quien se aventura a caminar por las sendas de la Poesía.  

   

 

SONETO A FEDERICO

GARCIA LORCA

(De Jesús Antonio San Martín)

 

La envidia y el rencor te traicionaron

en la España que estaba dividida,

humillada, ultrajada y malherida

por lobos que al final la devoraron.

 

Campanas aquel día no sonaron

al salir los fusiles de estampida;

tú sembraste la tierra con tu vida,

solamente las musas te lloraron.

 

Tus versos desgarraron la alborada

y los gallos al alba enmudecieron,

la noche amaneció desparramada

 

por los campos que ayer nacer te vieron

y los sueños eternos de Granada

con la luna en tu cuna se mecieron.

 

(Poema seleccionado para su declamación en el 70 aniversario de la muerte del poeta – Granada, 2006)

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