Gastronomía. Los diferentes ?entretenimientos? se pueden degustar a precios asequibles
Paradores celebró con los arcenses sus primeros 80 años de historia como una firma clave en la oferta turística de nuestro país, y en el caso de la ciudad como una empresa cercana y siempre ojo avizor a los grandes acontecimientos de un pueblo con encanto, como su propio Parador. Qué mejor que disfrutar de la feliz conmemoración que con una muestra gastronómica de los principales platos de los 93 paradores que conforman en la actualidad la red nacional del Ministerio de Turismo.
Por ello mostró a una representación de hosteleros, autoridades, medios de comunicación, empresarios y vecinos de la ciudad una serie de platos que conforman un menú que se puede degustar en su restaurante con vistas al río Guadalete y al impresionante tajo de la peña arcense, a un precio módico y asequible.
Así, el primer plato está compuesto por una serie de aperitivos fríos y calientes, que abarcan la Esqueixada (ensalada de bacalao con escarola), el lomo en orza, pan con tomate y jamón o una escabeche de perdiz con berros; o el Soldadito de pavía (agujas de bacalao rebozadas), caldo de puchero con albondiguilla, manitas de ibérico con tostada rellena de hongos y un “entretenimiento” especial a elegir.
Los platos principales Llegado el momento del plato fuerte, se puede elegir entre las patatas revolconas con torreznos, una receta del Parador de Gredos fechada en 1928; los callos isabelinos con garbanzos, de Alcalá de Henares (1930); el guisadillo de cordero segureño, plato del Parador de Úbeda (1932); el tiznao manchego (guiso de bacalao) del Parador de Manzanares (1952); el bienmesabe de cazón del Parador de Cádiz (1929); los duelos y quebrantos (huevos rotos con chorizo, jamón y tocino), del Parador de Oropesa (1930); el picadillo de charro con huevo de corral (magro de cerdo ibérico adobado y frito) del Parador de Ciudad Rodrigo (1931) y solomillo ibérico con queso de la Serena y cardillos, del Parador de Mérida (1933). Para rematar la faena, lo que llaman acertadamente “la trilogía de la cultura dulce”; es decir, postres caseros como el tocinillo de cielo, arroz con leche o crujiente de turrón, sin olvidar los vinos que mejor maridan con los distintos platos.
En definitiva, una serie de “entretenimientos” que no son más que pequeñas elaboraciones basadas en la cocina tradicional española, en la que se utilizan fundamental y sabiamente productos autóctonos y de temporada para componer un menú variado y rico se coja por donde se coja.
Ésta es la oferta de los ochenta años de Paradores en España, una experiencia a la que se han acogido sólo para este mes de noviembre ocho paradores de la red que han aportado sus recetas más reconocidas. El próximo mes harán lo propio otros ocho paradores españoles y así sucesivamente hasta noviembre de 2009. Durante la presentación, el nuevo director del Parador arcense, Jesús de Manuel Pérez, se convirtió en un magnífico anfitrión que convidó a la expedición a recorrer cada Parador implicado en esta conmemoración sólo con el sabor de cada uno de sus platos. Asimismo, agradeció el trabajo de todos los cocineros participantes y deseó que el Parador de Arcos de la Frontera se convierta en un lugar de disfrute gastronómico para los vecinos de la ciudad y de la comarca.