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Viernes 17/05/2024  

La tribuna de El Puerto

La importancia de la curiosidad infantil

Dicen que la curiosidad mató al gato, pero los niños son curiosos por naturaleza y tienen toda la vida por delante

Dicen que la curiosidad mató al gato, pero los niños son curiosos por naturaleza y tienen toda la vida por delante. El asombro y la curiosidad juegan papeles fundamentales en el desarrollo y aprendizaje de los niños, y los adultos debemos estimulárselos. Siempre he aconsejado a los alumnos que pregunten, que su curiosidad por conocer estimulará su capacidad de aprender.

Estudiando la actividad cerebral, los neurólogos han descubierto que la curiosidad mejora la memoria, que cuando aprendemos motivados por el deseo de conocer cosas nuevas, mejoramos la capacidad para recordar y nuestra memoria se vuelve más precisa.

Cuando el cerebro nota un vacío de conocimiento siente privación, y en cierta forma las respuestas actúan como recompensas, aprendiendo mejor cuando más sorprendente sea la información que reciba. Las cosas que intrigan y las que se quieren entender despiertan la curiosidad.

Es natural que no se pueda mostrar curiosidad por algo de lo que no se sabe absolutamente nada. El conocimiento es el que despierta y aumenta la curiosidad, cuanto más sabemos más queremos saber, más queremos aprender.
Partiendo de que la principal función de la curiosidad es facilitar el aprendizaje, los expertos aconsejan no responder superficialmente a las incansables preguntas de los niños.

En el colegio la curiosidad no puede relegarse a un papel secundario, en el que se den respuestas prefabricadas a las preguntas de los alumnos.

Tanto en la escuela como fuera de ella los responsables de la educación de los niños deben fomentarles el interés por explorar e investigar, así como por conversar preguntando y respondiendo. También deben proporcionarles abundantes y variados materiales, ya que la complejidad fomenta la curiosidad del imaginativo cerebro infantil.

Las investigaciones más recientes apuntan que si se permite al niño satisfacer su curiosidad centrando su esfuerzo en obtener información útil que aún no posee, cuando ese niño maneja esa información exigida a sí mismo (no simplemente recibida), la curiosidad le permite actuar para mejorar sus experiencias de aprendizaje, le permite disfrutar con el aprendizaje.

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