Once centímetros

Publicado: 13/11/2008
Desde que se detecta un niño con malnutrición hasta que se le dispensa el tratamiento hay un largo camino, un largo trayecto en el que todos ponen su granito de arena, para arrebatárselo a la muerte Porque existe una siniestra correlación entre la circunferencia del brazo de un niño y su riesgo de morir por malnutrición. Se busca el punto medio entre el codo y el hombro, y si la circunferencia en ese punto es menor o igual a once centímetros, el niño padece malnutrición severa Estos niños no lloran, no tienen mala cara, pero su piel, está apergaminada, menos elástica de lo habitual y apenas logran seguir con la mirada el movimiento de un objeto, a un palmo de su cara Hay en África unos pequeños hospitales donde les miden, les presionan con los pulgares en los empeines para detectar edemas y les colocan alrededor del brazo una cinta métrica de tres colores.


Al apretar la cinta, si se desliza pasando del verde al amarillo, hasta detenerse en la frontera con el color rojo que empieza en los once centímetros, la malnutrición es severa y aguda Las madres, de niños desnutridos, esperan pacientemente su turno, para que les entreguen un puñado de saquitos de papel metalizado, rellenos de una sustancia llamada Plumpy'Nut. El resto es tan fácil como tomarse una aspirina, porque se rompe con los dedos una esquinita de uno de los envases y el crío desnutrido succiona con ansia el interior, una pasta con sabor a mantequilla de cacahuete, pero más suave y más dulce. Volverán a casa y, a razón de dos saquitos por día, recuperará, en dos o tres semanas, el peso normal. Un verdadero milagro social contra la hambruna en el cuerno de África, donde este alimento terapéutico ,que los expertos califican de revolucionario, está salvando vidas, que antes eran imposibles de arrancar de las garras de la muerte. Lo mejor del medicamento es que saca el tratamiento contra la malnutrición severa de los hospitales y lo lleva a las casas. Antes se utilizaban productos lácteos en polvo que debían mezclarse con agua. Se necesitaba agua potable, energía para calentarla, utensilios limpios y una elevada precisión en la mezcla, que, una vez realizada, sólo mantenía sus propiedades durante unas horas. Por eso la malnutrición severa se tenía que tratar en centros de salud.

Durante el tratamiento la madre debía permanecer en el hospital con el hijo malnutrido, de manera que no podía cuidar del resto de sus hijos en casa. Todos son ventajas en este nuevo invento del hombre y de la ciencia pues el tratamiento completo en África de un niño durante dos semanas cuesta unos 12 euros y puede almacenarse durante dos años sin que pierda sus propiedades. La madre sólo tiene que ir una vez por semana a recoger sus saquitos, controlar en casa que el hijo coma dos al día . No hay estancias en hospital, no deja la madre desatendidos a otros hijos ,ni al trabajo en el campo .Rápido ,sencillo y barato Pero...¿ qué es en realidad lo que hay dentro de la bolsita?...pues una dulce crema de cacahuete, mezclada con un sofisticado complejo vitamínico, que aporta 500 kilocalorías por cada saquito Se empieza a producir ya en África, donde trabajan 24 horas al día, en turnos de ocho horas, trabajadores, todos etíopes, jóvenes, y mujeres en un 60%,con lo cual genera propia riqueza para el país que además aporta el 80 por ciento de sus componentes Es distribuido por los health extension workers, jóvenes de zonas rurales, mujeres casi en su totalidad, a los que se forma y se emplea para visitar a las familias de su comunidad, siendo los encargados de detectar los niños enfermos o malnutridos y atraerlos hacia los hospitales o los programas de Plumpy'Nut, que no son sino rudimentarios centros de salud, donde no necesitan más equipamiento que una balanza para pesar a los niños, una tabla para medirlos, stock de Plumpy'Nut y algunas medicinas muy básicas Es este nuevo logro, de un doctor francés, que quería combatir el hambre en África con un sucedáneo de la crema nutella, de chocolate ,avellanas y leche, aderezada con grandes dosis de azúcar, prueba evidente de lo mucho que podemos hacer los hombres si no distinguimos entre seres iguales por su nacimiento en la tierra, sin barreras, sin fronteras, solo acudiendo a donde la necesidad llama, porque dejar morir a un niño de hambre no es solo una abominación ,sino un crimen contra toda la humanidad.


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