En la mayoría de los casos, procedían de El Congo y Costa de Marfil
La delegación de la Asociación Comisión Católica Española de Migraciones, Accem, tramitó entre 2008 y lo que va de año unas 15 solicitudes de asilo de personas que llegaron a la costa gaditana huyendo de problemas religiosos, políticos o étnicos. Así lo aseguró Rodrigo Gómez Álvarez, responsable de esta ONG en Jerez y en la provincia, que mañana sábado se sumará a la celebración del Día Mundial del Refugiado con un nutrido programa de actividades encaminadas a mejorar la concienciación de los ciudadanos sobre esta grave problemática, sobre la que falta información y, sobre todo, más implicación, como señalan desde esta organización. “La gente ve este problema como algo muy lejano y complejo y sin la solidaridad internacional que el tema requiere. Conocen el término de refugiados y desplazados pero no terminan de asimilarlo”, señala el responsable de esta ONG en la zona.
Tal como explica, la labor de esta asociación empieza desde el primer instante que los interesados son derivados a este foro social, a través del programa de atención de ayuda humanitaria, para gestionar toda la documentación necesaria que requieren para completar su expediente, la traducción de éste al castellano o cuestiones de asesoría jurídica. Una actuación en la que Accem también posibilita a estas personas una casa donde dormir y alimentación en unos inmuebles en la Junta de los Ríos.
Con motivo del Día Mundial del Refugiado, Accem ha organizado en Jerez, en colaboración con el Ayuntamiento, la muestra de cortometrajes “Refugiados”, en la Sala Compañía, a las 20.30 horas. Así, se proyectarán Última Parada: Tánger y Protección, dos cortometrajes de Enrique Bocanegra y Cuatro Horas en Chatila, de Carlos Lapeña. Desde el colectivo animan a la ciudadanía a asistir a este encuentro y a participar en la campaña un refugiado, una camiseta.
Perfil: hombres perseguidos de 20 a 40 años
Entre las solicitudes para conseguir asilo gestionadas por Accem se repite un perfil encabezado por un hombre, de 20 a 40 años de edad, procedente de Costa de Marfil y El Congo que llegan desde Algeciras, Tarifa o Canario huyendo de persecuciones por cuestiones étnicas, políticas y religiosas en busca de un futuro mejor. Una vez conseguida la tarjeta blanca, es decir, el estatuto solicitante de asilo, el siguiente paso es lograr el estatuto de refugiado. No obstante, como señalan desde Accem, la tarjeta blanca les brinda garantías de protección especial del Estado, el poder beneficiarse del Centro de Acogida del Refugiado (CAR) y de cursos de formaciones y, sobre todo, les permiten su inserción en el mercado laboral mientras dura el proceso. Eso sí, hay que tener en cuenta, tal como matiza, que el no conseguir la condición de refugiado, no implica que estas personas no puedan encontrar “otra fórmula legal” para quedarse en la ciudad.