Y es que a la asociación Anida, encargada de hacer que los niños de Biolorrusia olviden durante dos meses las penurias de su país disfrutando este tiempo de las que ya consideran como sus segundas familias en Jerez, denunciaba ayer a este medio que el Gobierno Bielorruso ha bloqueado el viaje de estos niños ya que ha impuesto nuevas normas de última hora.
Entre ellas, se estipula que un niño no puede salir más de tres años consecutivos del país, que no puede viajar si tiene más de 14 años, o la que más cola está trayendo, que parejas de homosexuales no puedan ofrecer a estos niños un verano de cariño y felicidad en la ciudad.
De hecho, han llegado a amenazar con enviar representantes extranjeros a las casas de las familias jerezanas para comprobar si no han mentido en sus solicitudes de acogida respecto a sus vidas personales.
Por ello, desde Anida han llegado a la conclusión de que “no vamos a dejar chantajearnos ni ser amenazados por nadie, por lo que hemos decidido que o bien vienen los quince niños que estaban previstos, o no viene ninguno muy a nuestro pesar”.
Y es que, según informaba Anida a este medio, “los niños están destrozados. Nos comunicamos con ellos mediante cartas o llamadas de teléfono, y no llegan a entender el motivo por el que llevaban todo un año esperando a pasar sus vacaciones en Jerez y aún permanecen en sus ciudades de origen”.
En este sentido, la Asociación Anida mantiene contacto permanente con un represante que han enviado a Biolorrusia para que trate de mediar en este conflicto que afecta principalmente a los niños.
De todo salir bien, los pequeños llegarán a Jerez en la segunda semana de julio, si bien, tal y como se recoge en otra de las claúsulas de ruego de los jerezanos, “en vez de volver en agosto, estarían aquí hasta septiembre”.