Zapatos artesanales con suelas reciclables y dirigidas al público vegano, por estar totalmente libres de componentes animales, es la última apuesta de una fábrica de calzado de Elche (Alicante), con gran éxito en el mercado.
Los zapatos que acaba de sacar la firma Slowwalk cuentan con certificados de asociaciones como PETA y Animal Free, y son consecuencia de la constante evolución y transformación de este sector económico que tiene en Elche uno de sus principales centros de producción nacional.
Los consumidores ya no buscan sólo un zapato que esté a la moda, que siga la tendencia de turno o pertenezca a la colección de una marca famosa, sino que también se preocupan por el proceso de fabricación, los materiales utilizados y el respeto a los animales y el medio ambiente.
Bajo ese concepto, la empresa ilicitana Slowwalk ha apostado por una colección "eco-friendly" y vegana dentro del compromiso con unos valores sostenibles y responsables y una "filosofía de vida que va más allá del mundo del calzado", ha relatado a Efe su gerente, Juan Caparrós Jr, que en 2013 y con solo 20 años decidió empezar de cero tras abandonar sus estudios de Biología y seguir con la tradición de su padre y su abuelo en el calzado.
La primera colección vegana de esta firma se denomina Teemo y está compuesta por más de una veintena de modelos "exclusivos y de edición limitada" con diversas combinaciones de colores en tela y suelas, confeccionados a partir de retales de lonas de algodón tintadas al agua para eliminar cualquier tipo de producto químico.
"Debíamos seguir innovando y en países como Alemania era muy demandado. El mundo vegano necesitaba de este calzado ya no por estar a la moda sino por ser un producto con personalidad", ha confesado Caparrós.
Estos nuevos zapatos 'verdes' cuentan con una suela de goma de látex o reciclada a partir del caucho de otras suelas y una doble plantilla con forro de microfibra, patentada por la marca.
Además, las cordoneras son elásticas, sin necesidad de que se abrochen, y es que, según Caparrós, la comodidad y la flexibilidad son la insignia de Slowwalk.
"Están dirigidos a la gente vegana que quiere un zapato actual, cómodo y respetuoso con el medio ambiente y los animales, pero también para aquellos que no siguen este tipo de filosofía y les gustan nuestros modelos", ha puntualizado.
Además, cuando la vida del zapato llega a su fin, está diseñado de tal forma que se puede separar la suela del corte para que se pueda reciclar.
Incluso el concepto de sostenibilidad se extiende también al envoltorio y la caja, ya que está fabricado con cartón cien por cien reciclable.
Las nuevas creaciones de Slowwalk cuentan con el certificado de protección animal "Vegan Approved" de PETA y Animal Free, que aparece también en las etiquetas de colección, y que garantizan que la fabricación es respetuosa con la vida de los animales.
En cuanto al proceso de fabricación, el montaje del zapato se hace a mano y de forma artesanal, lo que permite la reducción del consumo energético y disminuir el dióxido de carbono (CO2).
Toda la producción se efectúa en una fábrica de Elche, desde donde son enviados a cualquier parte del mundo: "Nosotros en vez de comprar en China, vendemos a China", ha indicado, antes de aclarar que todos los materiales usados son nacionales.
De esta colección se han fabricado alrededor de mil pares y algunos de los modelos ya se han agotado, a pesar de que Teemo salió a la venta en mayo y sólo para compra "online".
De esta forma, el calzado vegano de Slowwalk ya ha llegado a todo el mundo, incluso a aquellos lugares donde la marca ilicitana no cuenta con tiendas físicas como Bélgica, Rumanía o Estados Unidos ya que "la gente se mueve por internet para buscar este tipo de calzado".
Tras Teemo, Caparrós ya prepara la colección de invierno -que estará disponible tanto en la web como en puntos físicos- con la vista puesta en el estudio y desarrollo de nuevos materiales reciclables, como por ejemplo el maíz.