Los juegos tradicionales ya no son cosa de niños

Publicado: 22/07/2009
Los mayores del centro de día de Las Torres han enseñado a los nietos de los socios los juegos de toda la vida. Durante dos semanas, los más pequeños se han acercado a distintas culturas sin salir del hogar del pensionista.
El dado, el parchís, el ajedrez o el mikado (palillos chinos) son algunos de los juegos que los voluntarios del centro de día de mayores de Las Torres (Jerez II)le han enseñado estas dos últimas semanas a los nietos y nietas de los usuarios del centro. El objetivo de la actividad fue darles a conocer a los más pequeños la riqueza cultural que acompaña los juegos, proponiéndoles una reflexión sobre la procedencia y origen de los mismos, haciendo un especial hincapié en cómo han surgido los juegos en las distintas culturas y cómo se han adaptado a las necesidades de cada sociedad.

Y qué mejor forma de aprender que jugando. Para ello, los niños tuvieron que crearlos previamente con cartulinas y colores, para después poder disfrutar de ellos. Los encargados de llevar a cabo esta actividad fueron Juan Rodrigo Martín, Rafael del Pozo, Lorenzo González y Juan López.

Esta actividad ya es todo un clásico en el centro, puesto que llegada la Navidad también se suele desarrollar, aprovechando las vacaciones de los más pequeños. Y es que, en tiempos en que los nietos pasan cada vez más tiempo con los abuelos por el trabajo de los padres, actividades como ésta suponen toda una experiencia intergeneracional, ya que “aunque nosotros les enseñamos todo lo que sabemos ellos también nos dan alguna que otra lección de vez en cuando”, sobre todo, en el manejo de las nuevas tecnologías, ya que en esta iniciativa también se hace uso de los ordenadores.

Además, todo juego tiene un fin didáctico. Buen ejemplo de lo dicho es el dado. En esta actividad, los voluntarios le propusieron a los menores un juego de cartas consistente en relacionar juegos de todo el mundo con sus respectivas fichas.

Después, los niños crearon un dado utilizando las cartulinas recortables. Los pequeños dibujaron y colorearon el dado que ilustraba una palabra en cada una de las caras. Posteriormente, jugaron con el dado. Además, había una ficha con las letras del abecedario con un espacio al lado para el texto. Los niños tiraron el dado y, en función de la cara que les que saliese, tenían que escribir una palabra relacionada con el texto de esa cara, que empezara por la letra correspondiente y siguiendo un orden alfabético. ¿Jugamos?

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