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Lunes 01/07/2024  

Cuando el agresor duerme al lado

El 25 de noviembre se celebra el Día Contra la Violencia de Género, una lacra social que azota a las mujeres. En el Centro de la Mujer de Estepona trabajan para erradicar el problema y ayudar a las víctimas a emprender una nueva vida.

  • María Jesús Illescas es la directora del Centro de Información a la Mujer de Estepona. -
La violencia de género copa habitualmente los espacios informativos en nuestro país. Parece que cada vez hay más conciencia sobre el tema y que cada vez son más las mujeres que denuncian ya que, además, la legislación española al respecto es única en Europa al contemplar de forma integral la sensibilización, la prevención y la protección. Sin embargo, el balance que el Centro de Información a la Mujer de Estepona (CIM) ha hecho en 2008 es muy similar al de años anteriores: han atendido alrededor de 45 casos, de los que la inmensa mayoría son españolas. En opinión de la directora del centro, María Jesús Illescas, el problema es que se trata de un delito muy especial y  para que haya efectividad hay que individualizar el riesgo que corre cada mujer y personalizar la protección. Y eso no se está haciendo: "A casi todas las víctimas se les aplican las mismas medidas y en el mismo nivel y eso no es efectivo", afirma Illescas.
   
El procedimiento  comienza cuando la mujer interpone la denuncia, que conlleva la guardia y custodia de los hijos y la estancia en el domicilio familiar, con lo que el agresor debe abandonarlo. En muchos casos se le impone una orden de alejamiento, con la que no puede contactar con la víctima ni acercarse a menos de 500 metros y cuentan con un servicio de teleasistencia, del que en Estepona actualmente disfrutan 18 mujeres. Además existen ayudas económicas, como las 20 que se han tramitado este año en Estepona, que han ido desde los 3.000 a los 7.200 euros.

ÓRDEN DE ALEJAMIENTO

Después, la mujer tiene treinta días para interponer la demanda de divorcio; sin embargo, y pese a que la recuperación de las víctimas pasa obligatoriamente por separarse del agresor, hay muchas mujeres que deciden continuar con sus relaciones. Es el caso de las que piden que se retire la orden de alejamiento y que, en opinión de Illescas, debería concederse si el riesgo objetivo ha desaparecido, ya que si no la mujer suele incurrir en un delito de inductora al quebrantamiento de la medida. Deben denegarse si el juez cree que la mujer sigue en peligro, por lo que hay que investigar cada situación, pues es una obligación del Estado protegerla aunque ella no perciba el riesgo. Y este es el principal problema de las víctimas: no son conscientes de que lo son. En el CIM se han encontrado con mujeres universitarias, con altos ingresos que contestan positivamente en los cuestionarios de riesgo de maltrato pero por el contrario niegan sufrirlo y justifican todas las acciones de sus parejas. Son muchas a las que al principio ni siquiera les hablan de denunciar porque saben que eso haría que se fuesen, sino que las atienden en el departamento de Atención Integral, porque el maltrato psicológico es difícil de detectar y de solucionar. Ni víctimas ni agresores tienen un determinado perfiL. "Hay políticos, médicos, abogados y albañiles", explica Illescas, que utiliza una frase de Lorente Acosta, presidente del Observatorio de la Violencia, para resumirlo: "El único factor de riesgo es ser mujer". Es cierto que algunas situaciones como las toxicomanías, el alcoholismo o la edad influyen en el nivel de agresividad, pero no son causas de la violencia de género. La mayoría de mujeres que han atendido tienen entre 35 y 40 años y, por su educación,  asumen el maltrato como algo relativamente normalizado, sea dentro o fuera del matrimonio, ya que también han aumentado las denuncias dentro de las parejas de hecho; sin embargo han detectado un incremento de denuncias de chicas jóvenes que tardan menos en identificar los riesgos.

AYUDA PROFESIONAL

En los años noventa la media que transcurría entre el inicio del maltrato y la denuncia era de casi nueve años, ahora se ha reducido a menos de tres, y también ha disminuido el recelo a acudir a los centros en busca de ayuda. El exceso de proteccionismo, de celopatía, las discusiones por la ropa, el control de
horarios y amistades y las frases elevadas de tono son los primeros indicios del maltrato.

La mejor recomendación para las víctimas es pedir ayuda profesional. "La familia es importante después, pero al principio no suele ser el mejor apoyo", afirma Illescas, "lo mejor es contactar con nosotros y que la técnica de atención en crisis se encargue del tema. Aquí jamás se hará un juicio de valor. Nadie debe avergonzarse por pedir ayuda". Se han encontrado con mujeres que al poner la denuncia respiran aliviadas por sentirse protegidas y con otras que lloran como magdalenas porque no quieren que se detenga al agresor, ya que siguen enamoradas. Suelen sufrir una gran dependencia emotiva y entienden el sometimiento al dominio del marido, incluido el plano sexual, como una obligación conyugal, todo mezclado con una especie de Síndrome de Estocolmo con el que justifican todo y se culpan a sí mismas de la situación, por eso requieren asistencia profesional.

INDICIOS DE MALTRATO

La colaboración ciudadana es muy importante ya que las denuncias son completamente anónimas y sirven para localizar a los agresores; además hay una serie de indicios que pueden ayudar a la gente del entorno a identificar a una víctima: suelen darse periodos largos de tristeza, tendencia al aislamiento y actitud depresiva, además de los síntomas físicos que justifican con golpes casuales dentro del hogar. Las quejas sobre que la pareja no les presta la atención debida y las faltas de respeto también pueden ser indicios, sobre todo si van acompañados de una justificación del tipo "es que tiene mucho trabajo". Además, las cefaleas y otras dolencias físicas están haciendo que cada vez sean más los médicos de cabecera que detectan el maltrato y derivan a las mujeres a los centros especializados.
   
Desde el CIM quieren dejar muy claro que no todas las agresiones en el hogar son violencia de género, sino que la mayoría se enmarcan en violencia doméstica, que no es del hombre a la mujer por el mero hecho de serlo, por lo que también existen hombres, aunque en menor cantidad, con órdenes de alejamiento a su favor. Además llama la atención el aumento de órdenes recíprocas, en casos en que las mujeres no se sienten víctimas porque ellas también atacan a sus parejas. Por otra parte también hay que distinguir la violencia de género de los que son simples conflictos de pareja y que, pese a que a veces implican situaciones puntuales de violencia, sí pueden solucionarse con ayuda profesional. Por ello lo recomendable ante cualquier duda es acudir al CIM, para encontrar ayuda y asesoramiento profesional, y nunca pensar que "él va a cambiar", ya que actualmente ni siquiera las terapias de rehabilitación están dando buenos resultados con los maltratadores.

El acto institucional se celebrará a las puertas del Ayuntamiento

La delegación de la Mujer ha presentado dos anuncios en los que se llama la atención sobre la desgraciada asiduidad con la que se dan estos casos y animando a la población a participar en el acto institucional de repulsa, que tendrá lugar el 25 de noviembre a las 12:30 horas a las puertas del Consistorio. "La violencia machista no es solamente un problema de la que lo padece; es un problema de una sociedad donde en algunos ámbitos todavía impera el machismo hacia la mujer. Queremos que Estepona entera esté contra la violencia de género, que haga suya la violencia hacia cualquier mujer que la padezca", afirmó la concejal del área, María Miralles, que aboga por la educación en igualdad para evitar las agresiones machistas.
   
Además, se organizarán tanto talleres formativos en los colegios, donde también se leerán manifiestos de condena de esta lacra social, como en las guarderías, para las que se ha programado un teatro formativo. Además habrá una mesa redonda sobre las medidas reales de protección contra la violencia de género y se inaugurará la exposición del concurso de carteles, que alcanza ya su décima edición, en la que participan alumnos de tercero de ESO y que será recopilada en un pequeño libro.

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