El número de socios de los diferentes centros de día del municipio de Loja crece a “un ritmo veloz”. Tanto que, a fecha de hoy, los cuatro centros existentes superan los 4.000 afiliados. En primer lugar, está el centro San José, del barrio Alto de la Junta de Andalucía con unos 3.000 socios. “Todos muy activos e implicados en el centro”, explicó su directora, Juani Mancilla, para quien “este espacio es para muchos su hogar”.
La razón de tan alta participación es la oferta que se facilita al socio, con talleres desde gimnasia o informática hasta manualidades, todas ellas, con una afluencia media de 300 personas. Frente a la imagen que tenemos de ellos “los mayores son muy participativos y dinámicos”, afirmó.
La cartera de socios del centro municipal San Francisco también crece como la espuma. “Ya somos más de 700 socios”, comentó Julián Aguilera, presidente de la directiva del centro, quien ha “aparcado” a un lado las cartas y el dominó por la gimnasia, las clases de natación y otras actividades más saludables.
Le siguen los centros de Ventorros de San José y La Fábrica de Loja. A pesar de su reciente constitución (Ventorros lleva seis años funcionando y 'La Fábrica' la mitad), el asociacionismo también va calando entre los mayores de los núcleos rurales.
DEL DOMINÓ AL CINE
Y es que, poco a poco, sus vecinos van abandonando las partidas en la cantina por la educación de adultos, la gimnasia de mantenimiento o una proyección de cine. Gracias al centro, muchas mujeres han podido aprender a leer y a familiarizarse con la escritura y los números. Así lo contó Encarna Lorca: “Desde que acudo al centro leo con soltura y enseño a mi nieto”. Encarna no sólo acude a las clases de educación de adultos sino que participa en el coro rociero de La Fábrica, baile flamenco y aprende sevillanas. La oferta formativa de estos cuatro espacios se completa con una apretada agenda socio cultural, en la que se fomenta el encuentro que culmina todos los años con una cena homenaje. Desde Servicios Sociales explican que con esta actividad se quiere “reconocer su esfuerzo”, ya que el crecimiento del municipio es consecuencia de su “trabajo durante mucho tiempo”.
