Las elucubraciones sobre lo que pueda ocurrir en próximas fechas en el caso de la malversación de fondos en la Caja del Ayuntamiento de San Fernando -que el propio comisario consideraba lógicas en un suceso de tal magnitud-, pueden ser normales en círculos sociales más o menos enterados del tema; o de forma que llegue al mayor público posible, a través de los medios de comunicación que pudieran dar a conocer sus pesquisas que luego se demostrarán más o menos acertadas. Lo que resulta como mínimo censurable es que esas elucubraciones, sin ningún tipo de detalle más esclarecedor, las haga un político concejal de la Corporación. Y es que mientras que lo que digan los medios de comunicación o los ciudadanos de a pie entra dentro del derecho a elucubrar, el hecho de que sea un cargo público -aún teniendo el mismo derecho- puede hacer pensar que posee información privilegiada de un sumario restringido al ámbito judicial.