Una operación que será posible gracias a que finalmente se han desbloqueado las negociaciones con el dueño del Bar Las Canastas y del arrendatario de la Freiduría El Nazareno, quienes han alcanzado un acuerdo con la Administración autonómica en concepto de indemnización por las expropiaciones.
De todas formas, José Antonio Gamero, que ha defendido casi a la práctica totalidad de los afectados por las expropiaciones, ha señalado a INFORMACIÓN que todavía falta la conformidad del dueño en sí del local que alberga la freiduría, que también tiene su vivienda justo al lado. Se trata de una persona de más de 70 años que ha aceptado vivir en un piso de alquiler de Esisa, pero que acudirá a la vía legal para reclamarle a la Junta un dinero que considera de justicia por el local, que tiene más de 30 años de existencia y por el que, al parecer, apenas va a percibir nada.
Inclusive se había puesto una fecha sobre la mesa para el derribo por parte del gabinete jurídico de las Consejería de Obras Públicas que expiraba el pasado sábado, pero que finalmente, por causas que se desconocen, no se ha llevado a efecto todavía. Todo apunta a que los trabajos de demolición se retrasarán para el próximo mes de diciembre e inclusive se señala que serán una realidad una vez que pase el periodo navideño.
De todas formas, corrió por la calle un rumor que apuntaba que las máquinas iban a empezar a trabajar este miércoles en la demolición de las diferentes fincas, algo que se quedó precisamente en un rumor, ya que la jornada transcurrió con calma absoluta en la zona de Montañeses de La Isla.
Vía de urgencia
Y es que la Junta ha tenido que tramitar por vía de urgencia la llegada del dinero que corresponde tanto al dueño del bar como al de la freiduría, dado que ambos necesitan dichas cantidades económicas de manera inmediata para poder adecuar y abrir sus nuevos negocios.
Gamero ha indicado que las expropiaciones de Montañeses de La Isla, junto a la de los terrenos ubicados justo enfrente de la Venta de Vargas, le han salido a la Junta de Andalucía por una cantidad que ronda los tres millones de euros -500 millones de las desaparecidas pesetas-.
Por lo tanto, se da un nuevo paso para que las obras de semipeatonalización sigan avanzando por la calle Real conforme a lo previsto.