Dicen que la patria de las personas es la infancia, pero también podría ser la memoria. Desde luego, el pintor Alfonso Guerra Calle conserva intacta su particular memoria arcense. Los paisajes de su niñez y juventud, el campo, los patios... recobran vida y actualidad cuando el artista los traslada a su obra.
El salón cultural San Miguel ofrece hasta el 20 de abril próximo la última exposición de Alfonso Guerra Calle,
Remembranzas, un sugerente título que lo dice todo. Óleos, grabados y dibujos del pintor arcense afincado en Madrid llenan la estancia del salón expositivo, una comprimida muestra porque el autor no quiso que ninguna obra se quedara fuera de la exposición por falta de espacio.
“La exposición
Remembranzas es el resultado de mis últimos años de trabajo e investigación en el campo de la pintura y sobre todo en el del dibujo. En cuanto a los temas, algunos cuadros han sido concebidos pensando en esta exposición; como el paisaje Vista de la Junta de los Ríos desde el puente. Son lugares que me traen muchos recuerdos de mi niñez y primera juventud en el campo. El dibujo de La Fuente, recordando a la fuente de Cantalejo, donde lavaban las mujeres, recogían el agua en sus cántaros, y dábamos de beber al ganado... El dibujo de Los trabajos de la Era; Pensando en la trilla, los aventadores, la criba del grano, el envasado en sacos o costales y tanto sudor... También óleos como Los Segadores, Los Labriegos y otros”.
Guerra Calle está estos días feliz como un niño, porque sabe que exponer en Arcos es sinónimo de reencuentro. Amigos y familias no le fallaron en la inauguración de su muestra,en un reencuentro doblemente emotivo por celebrarse en el salón San Miguel, donde su obra quedó inmortalizada en los frescos que luce la cúpula del espacio cultural.
“Siempre me han gustado los patios de Arcos, pero hasta ahora no había pintado ninguno, aunque siempre quise hacerlo. Son lugares de luz, de blancos de cal y reflejos azules, malvas y verdes salpicados de jazmines, y llenos de aroma de albahaca y romero. Espacios de paz, recuerdos y sueños tal vez frustrados, pero sobre todo llenos de color y vida”. Alfonso Guerra Calle rezuma pueblo como un gozo resucitado: “Me gustan las plantas, la afición me viene de mi madre. La recuerdo en su arriate regando sus geranios, alhelíes y calas, o trasplantando esquejes. Su recuerdo me llena de nostalgia”.
Más allá de sus emociones, y pensando en su pintura asegura que “Los temas de figuras son los que más trato, pero también me gusta la naturaleza, mi tierra, Arcos y sus alrededores con tanto color. Entre estos paisajes están Vista de la Peña en invierno, Zahara de la Sierra y otros tres temas de mi reciente viaje a Cuenca”. Pero no todo iba a ser el campo y el pueblo...: “En la exposición incluyo temas de Madrid: Entrada a la Puerta del Sol e Interior de un café. Los grabados expuestos son una selección de temas recientes y algunos no tanto, aunque tengo en mente dedicarle un tiempo y realizar nuevas planchas. Considero esta exposición como un resumen de lo hecho hasta ahora, pero tal vez lo mejor esté por hacer...”.
Reunión con el poeta
La invitación a la exposición de Guerra Calle queda ilustrada por unas palabras del poeta y amigo del autor Pedro Sevilla, felizmente presente en el acto junto a otras personalidades de la cultura local, entre ellos Antonio Murciano y Cristóbal Romero. Sevilla dijo que Guerra Calle “cuelga sus lienzos en Arcos. Sus obras son lo mismo que sus recuerdos, que su memoria, transformados en obras acabadas y convertidas en objeto de emoción. Lo que fue una íntima necesidad expresiva son ahora estos lienzos de armonía y luz que nos inundan el corazón y lo llenan todo de sentido”.
Entre las felicitaciones recibidas, el pintor tomó la del alcalde por “volver a casa, a su salón”, que diría José Luis Núñez: “Guerra Calle es nuestro pintor, el embajador de Arcos a nivel nacional e internacional”; felicitaciones a las que se sumó el delegado de Cultura, Domingo González, y otras autoridades.
Por si andan estos días de Semana Santa y de pasiones un tanto despistados o confusos entre tanta multitud y procesión, podría ser que por un ratito recobraran la paz que todos anhelamos. Tal vez, entre las pinturas y dibujos de Guerra Calle la hallemos.