Remedios y Paz derrama sosiego y reflexión en el interior del casco antiguo

Publicado: 30/03/2013
La procesión del Jueves Santo contó con una emotiva ‘levantá’ del hermano Manolo Zapata y con las saetas de ‘Meinato’ y ‘Sotito’ en la plaza del Cananeo
La procesión del Santísimo Cristo de los Remedios y Paz y Nuestra Señora de los Dolores fue un ejercicio de seriedad y sobriedad, con una concurridísima salida desde el templo de San Pedro para seguir por el interior del casco antiguo de Arcos.


El desfile estuvo plagado de matices, como la levantá que protagonizó Manolo Zapata, miembro del grupo de mayordomía de la hermandad, justo a las puertas de su vivienda, junto a la plaza del Cananeo. Es allí donde probablemente se vivieron los momentos más emotivos de la procesión, con sendas saetas interpretadas por Luis Guerrero Meinato y, antes, por Antonio Soto Sotito, tanto para el Señor como la Virgen.


A partir de ahí, como el nombre popular de la hermandad, el cortejo siguió en riguroso silencio por las calles del casco antiguo.
Con salida por la plaza del Sindicato, la procesión continuó Corredera abajo, Peña Picada y Cuesta del Pilar, para hacer el mismo itinerario de regreso al templo. El desfile estuvo acompañado por los hermanos de fila vestidos tradicionalmente con la túnica negra y el capirote y cíngulo rojos. También acompañó el recorrido el párroco de San Pedro y director espiritual de la hermandad, el padre Jesús Lozano.


La coincidencia de la procesión con la del Santísimo Cristo de la Vera Cruz concentró todo el ambiente en la calle Corredera, por donde ambos cortejos desfilarían ante el público.

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