Se acaba de cumplir el ecuador del mandato municipal en curso. El alcalde de Arcos, el socialista Isidoro Gambín, entiende que han sido dos años duros para sacar adelante el municipio debido, fundamentalmente, a las limitaciones económicas que sufre la localidad, pero sin embargo está convencido de que su gestión ha sido clave para ir poniendo pie en pared en la recuperación económica, a sabiendas de que aún queda mucho camino por andar...
En el terreno personal, ¿cómo ha llevado el peso psicológico de ser alcalde en un municipio no precisamente exento de problemas derivados especialmente del desempleo?
—Como alcalde, vida personal no tengo. Estoy dedicado a la Alcaldía las 24 horas del día. Es algo que tengo asumido e interiorizado, es lo que me toca. Como el cargo es algo temporal, tengo que dedicarme en cuerpo y alma a mi ciudad. El día de mañana seguiré siendo funcionario de Justicia...
¿Cómo definiría su relación con los ciudadanos en un momento donde, desde la oposición, se cuestiona su capacidad para atender al ciudadano y a sus problemas?
—Puedo asegurar que atiendo a diario a muchísima gente. Sí es cierto que tengo pendientes muchas citas, pero soy persona, humano... y el día tiene 24 horas y la ciudad tiene 32.000 habitantes; tengo que viajar, asistir a reuniones, gestionar..., y también por supuesto tengo que atender a los ciudadanos, lo cual me lleva el 70 por ciento del tiempo de mi trabajo.
Esa atención al ciudadano viene dada, supongo, por la falta de empleo, que es lo que más se demanda... ¿Cómo se refleja esa necesidad de trabajo en el día a día del alcalde?
—Puedo decir que el 80 por ciento de las entrevistas con ciudadanos es por una cuestión laboral; situaciones de personas muy necesitadas. Intentamos dar una solución con los mecanismos legales que nos hemos dado. Si el demandante es usuario de Servicios Sociales se le ayudará siempre que cumpla con los requisitos. Esas son las pautas que nos hemos marcado para atender a la población más vulnerable. Siempre en condiciones en igualdad. En cuanto a las bolsas, empezamos a llamar a las personas que tenían 24 puntos y ya vamos llamando a personas con 15 y 14 puntos. Hay muchas personas esperando. Después están las ofertas públicas de empleo que realizamos a través del SAE en función a las necesidades laborales que tenga el Ayuntamiento. Esa oficina nos manda los aspirantes. Estamos orgullos de la gestión de este partido en dos años en los que el paro ha descendido. Ahora la barrera se ha situado por debajo de los 5.000 parados.
Ya que hablamos de empleo, usted viene atribuyendo también a los planes de empleo de la Junta la mejora de los datos. Sin embargo, desde la oposición se le recrimina constantemente que la bajada es la consecuencia de los contratos que se efectúan, sobre todo, en Mallorca...
—Yo reconozco esa circunstancia y siempre la he admitido cada vez que he tenido ocasión. Esa es una realidad, pero de la oposición me lo creo todo. Arcos en Común hace una oposición constructiva y positiva; sin embargo, PP y Ai-Pro hacen una oposición destructiva. Estos señores han gobernado durante cuatro años, ¿qué me van a decir? Ahora me critican lo que ellos han dejado de hacer. Nosotros con menos hemos hecho más. Recuerdo que hemos dejado de percibir 620.000 euros mensuales por la retención de la PIE como consecuencia de las deudas con otras administraciones. Eso es mucho, y el que quiera que se ponga a gestionar un ayuntamiento en esas condiciones... Siempre diré con la voz muy alta que estamos sufriendo las consecuencias de la política económica del PP y Ai-Pro. Lo diré siempre muy claro, así que no vengan ellos a decirme lo que tengo que hacer cuando ellos no lo han hecho. Ahora miramos por el dinero de todos los ciudadanos y gobernamos con responsabilidad.
¿Quizás antes se celebró la fiesta y ahora se pagan las copas?
—Yo estoy pagando las consecuencias de la anterior gestión. Tengo alrededor de 40 requerimientos judiciales. Encima tengo que aguantar las críticas. Hace cuatro años ellos tenían una varita mágica a expensas de los empresarios y proveedores de Arcos, a los que han dejado arruinados.
Ya sabemos de la incapacidad que sufre el Ayuntamiento para realizar nuevos contratos; una situación que afecta, como hemos comprobado estos días, a varios servicios públicos. Una consecuencia es, por ejemplo, la privatización de los servicios del centro municipal de Deportes Náuticos. ¿Hasta qué punto la situación va a afectar a los servicios públicos?
—Hacemos todo lo posible para que la situación económica no afecte a lo que consideramos servicios públicos esenciales. Si no contratamos es por un imperativo legal. El Gobierno central del PP ha puesto limitaciones a los ayuntamientos para que no tiren la casa por la ventana, lo cual me parece muy bien. La limitación que tiene el Ayuntamiento de Arcos es que no puede contratar por encima del uno por ciento de su masa salarial. Por lo tanto, solo podemos contratar en los servicios fundamentales para los ciudadanos: limpieza viaria, la jardinería, el mantenimiento, etc. ¿Por qué no hemos abierto todavía el centro de Deportes Náuticos? Porque no está considerado un servicio esencial. Entonces tenemos dos alternativas: o cerrar el centro, que no lo vamos a hacer, o externalizar el servicio. Estamos en conversación con empresas privadas y entidades deportivas, y queremos darles la oportunidad de que gestionen ese servicio para que los arcenses no lo pierdan.
La figura de la nueva interventora de fondos del Ayuntamiento entra en escena y cobra un protagonismo especial en la vida económica del municipio. ¿Eso escenifica de algún modo su estricto sentido de la legalidad?
—La figura de la interventora me da una seguridad extraordinaria porque prioriza la legalidad en la gestión pública. Ahora, desgraciadamente, los políticos estamos a diario en los juzgados. La interventora, que hace un trabajo serio y contundente, nos avisa de lo que hacemos bien y lo que hacemos mal. Cuando ocurre lo segundo, pone reparos y yo doy marcha atrás. Eso me da seguridad personal y jurídica.
Usted anunciaba recientemente un nuevo centro comercial y su apuesta por el circuito de velocidad como proyectos generadores de empleo, ¿hasta qué punto van a tener peso estas iniciativas en la recuperación económica de la que habla?
—Estamos percibiendo un crecimiento de la actividad económica. Nos comprometimos a ir de la mano con la empresa privada para mejorar la economía y por tanto el empleo. Doy la enhorabuena a mi compañero delegado de Urbanismo, Manuel Garrucho, por el trabajo que realiza en esta dirección, ya que damos todas las facilidades posible a la iniciativa privada. En dos años hemos agilizado el trámite del circuito, que es una inversión de 20 millones de euros que generará mucho empleo durante los dos años de su construcción, más de 200 personas. Hemos sacado adelante proyectos turísticos, de alojamiento rural, bodegas, una explotación agrícola y ganadera, una industria de prefabricados de construcción, una planta de hormigón, la llegada de la fibra óptica, el gas... Todo eso ha generado empleo. Además, hemos reducido la presión fiscal a las empresas para facilitar la inversión privada.
¿Cuáles serán sus prioridades en los dos años que le quedan al mandato en curso?
—El empleo, el apoyo a la actividad económica y seguiremos apostando por los planes de empleo, los proyectos de integración social y por los planes que nos llegan desde otras administraciones y que pueden crear empleo a través de las empresas locales.