Posiblemente no haya arcense que no conozca a Manolo Téllez. Sus casi cuarenta años en el mundo de la radio y, ahora, sus imágenes de Arcos en redes sociales, le han encumbrado a personaje ilustre de nuestra ciudad. Esa faceta suya es la que ha inspirado al Ayuntamiento para elegirle como persona encargada de inaugurar la Feria de San Miguel de este año, lo cual hará la noche del próximo miércoles 26 acompañado de su nieta Marina. Manolo, para quien no lo sepa, es un hombre hecho a sí mismo, que se crió en el campo con todo lo que ello significa de distanciamiento de la ciudad y de las posibilidades educativas. Es hijo de madre soltera, hermano de hermanastros con los que apenas tiene contacto. Su vida en este sentido no ha sido agraciada, pero Manolo se ha superado gracias en gran medida al amor que profesa a su trabajo, a una vocación que le nació en los años ochenta como oyente empedernido de la radio en general. Es por eso, por su historia familiar, por lo que siente especial predilección por la infancia, por lo que podríamos decir que su única nieta por ahora es una bendición, una especie de prolongación de una vida familiar que él nunca tuvo y disfrutó.
Aunque no vivía de lleno la feria como la mayoría de arcenses por vivir en el campo, sí que recuerda que cuando visitaba San Miguel era un acontecimiento extraordinario, la única oportunidad, tal vez, del año en que se podía divertir. Así, sus primeros recuerdos de la feria se remontan a los años en los que el acontecimiento se montaba en el Paseo de Andalucía, donde, ¡parece mentira!, cabía todo un mundo: casetas, público, puestos, escenarios y caballos. Ahora nos quejamos de falta de espacio.
Sin embargo, no por pequeña era una feria menos importante. Manolo dice con cierto orgullo que la de Arcos ha sido siempre “una gran feria”, y que por ella han desfilado artistas de primer orden, desde Isabel Pantoja hasta Azúcar Moreno o José Luis Perales; eso sí, siempre y cuando la lluvia los respetaba, porque entonces sí que llovía, para acabar empapando toldos y alberos.
Con su juventud llegaron los años de radio y, claro está, a partir de ahí tenía que consagrar su tiempo a trasladar el ambiente ferial a la audiencia de la radio. Eran los tiempos en que, grabadora en mano, se registraban los reportajes por la noche para emitirlos al día siguiente por la mañana, porque no había medios para hacerlo en directo. Sí, mucho trabajar y poco disfrutar, pero ese es el signo de quienes se dedican a este mundo...
Desde aquí nos sumamos a las felicitaciones que todo Arcos traslada estos días a tan singular hombre, en nuestro convencimiento de que dará en la tecla o, dicho de otro modo, será un digno pulsador del botón que ha de encender las luces de San Miguel 2018. Felicidades compañero.
