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Hasta el fin del playoff a 2ª B no se sabrá si el Arcos baja

Marcha atrás: la Federación Andaluza podría rectificar sus planes y seguir con 21 o 22 equipos en Tercera la próxima temporada

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Maqui, que no aparece en la foto, soltó un trallazo que fue despedido por el poste de la meta de Miguel.

Todos los intentos del Arcos por igualar el marcador resultaron infructuosos, como este tiro lejano.

El fútbol es implacable con los sentimientos y las ilusiones que ponen cada jornada y en cada escenario deportivo los aficionados más incondicionales de cada equipo. Por mucho que se aliente y se apoye desde la grada cada acción de los jugadores como si la vida y la supervivencia dependiesen de ello, solo existe una ley inexorable que impera: la ley del gol. Contra ella no hay nada que oponer. Si estás matrimoniado con el acierto y tocado por la gracia de la precisión en tus acciones, nada se te podrá resistir. Es lo que le pasó al Arcos en el partido decisivo y trascendental que tenía que dilucidar: si los serranos quedaban exentos de toda preocupación o si se verían, a partir de ahora, abocados a la incertidumbre de posibles reestructuraciones y ajustes del grupo décimo de Tercera, algo que no se conocerá presumiblemente hasta que no concluya la promoción de ascenso a Segunda B. Pongamos que en un plazo no inferior a seis semanas. Un mes y medio para saber si el Arcos conserva la categoría una temporada más -sería la novena consecutiva-, lo que significaría todo un récord de permanencia en la breve estancia del club en Tercera. A ello hay que añadir los planes que la Federación Andaluza de Fútbol tiene para el grupo décimo, que puede quedarse en 21 0 22 equipos para la campaña venidera.

De todas estas especulaciones se podría haber librado el Arcos con solo haber marcado un gol que hubiese igualado la contienda, y ahora sería el San Roque de Lepe el que estuviera haciendo cábalas sobre su salvación en vez de los blancos, pero el Arcos del domingo no era el mismo equipo seguro y confiado que se pudo disfrutar una semana antes en Utrera. La responsabilidad y la presión de una última jornada decisiva puso plomo en las piernas de los jugadores, que no andaban lo finos que requería el acontecimiento. Bien es verdad que se midió a un equipo que se jugaba incluso más que los de casa porque su situación era más angustiosa si cabe: tenía que ganar ineludiblemente para salir de la zona de descenso, mientras que al Arcos le bastaba con un empate para asegurar la permanencia.

El gol de cabeza de Tosca en el minuto 32 a centro medido de Manu Martín marcó el devenir de los acontecimientos y obligó a los arcenses a arriesgar más de lo previsto. La reacción de los blancos fue inmediata pero el tiro de Maqui, verdadero santo y seña del Arcos desde la retirada de Zúñiga, fue escupido por el poste con toda la portería a su disposición. Ahí estuvo la clave del encuentro. Hubiese bastado con ese tanto para reorganizar líneas con el marcador como aliado pese a tener enfrente un San Roque donde brillaron Tosca, como referente de los aurinegros en la punta de ataque, y un segurísimo Miguel, el exportero del Arcos, que le sacó a Caballero un balón envenenado. 


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