Hace apenas una semana, miles de pasajeros sufrían las cancelaciones de los trenes de Renfe a causa del apagón masivo que dejó a oscuras toda la península y diferentes zonas de Europa. Una situación que entre la noche del domingo y la mañana del lunes volvieron a sufrir numerosos viajeros de la línea entre Cádiz y Madrid afectados por el robo de cable de cobre que se produjo en la provincia de Toledo, concretamente a la altura de los términos municipales de Los Yébenes y Manzaneque. Un “sabotaje”, según el ministro Óscar Puente, que ha afectado a más de 10.000 viajeros de trayectos entre la capital de España y Andalucía desde la noche pasado del domingo.
El primer tren afectado por la sustracción del cobre, que partió de Cádiz el 4 de mayo a las 16.15 horas, con llegada prevista a Puerta de Atocha a las 20.55, acabó alcanzando su destino en torno a las 3.20 horas de la madrugada. Toda una odisea que también les tocó vivir ayer a los pasajeros de los primeros trenes de la mañana entre la capital gaditana y Madrid. Aunque Renfe dio por finalizada la incidencia a las 9.30 horas, los retrasos acumulados han afectado a varios convoys. Así, el tren que partió de Cádiz a las 6.35 ha debido esperar más de una hora en la estación de Sevilla hasta continuar su trayecto.
La peor parte se la llevaron los trenes que salieron de Atocha a primera hora de la mañana, pues el convoy que tenía prevista su llegada a Cádiz a las 11.45 horas lo hizo finalmente cuatro horas y 25 minutos después de la hora prevista. Asimismo, el Alvia que partió de Atocha a las 12.05 acumuló un retraso de en torno a dos horas por el colapso producido por el robo de cable y también por una avería puntual en una catenaria, que añadió un poco más de caos a una jornada negra para los usuarios del tren.
“Ha sido un viaje lento y con muchos parones”
Con más alivio que enfado llegaron a la capital gaditana los pasajeros del Alvia entre Madrid y Cádiz que alcanzó su destino con una demora de cuatro horas y 25 minutos. María, madrileña estudiante en Cádiz, explicó que la estación de Atocha “era un caos total”, pues este lunes por la mañana “aún estaban llamando a pasajeros de trenes del día anterior. Al final entramos en el tren a las diez de la mañana, pero hasta las once no arrancaron y ha sido un viaje muy lento y con muchos parones”, aseguró. Una pareja lamentaba la “falta de información” sufrida por los pasajeros, que se vieron obligados a aguardar durante horas en la estación sin saber qué estaba pasando.
Algunos de los afectados aseguraron haber recibido un mensaje alertando de la situación. Pese a ello, debieron pasar más de cinco horas en la estación hasta comenzar su viaje. Tal fue la aglomeración de personas que la Policía se vio obligada a acordonar los accesos para evitar que siguiera entrando gente, estableciendo turnos para ir ocupando los convoys sin saber cuándo podrían iniciar la marcha. Tras más de cuatro horas de tensión, de incomodidades y de echarle mucha paciencia, al menos los sufridos pasajeros tuvieron como recompensa el reencuentro con Cádiz.