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Martes 23/04/2024  

Cádiz

“La unión de las mujeres es fundamental para hacer cambios efectivos y reales”

La autora del romancero 'Salimos de Milagri', en la que encarna a la madre del alcalde de Cádiz, homenajea el matriarcado y celebra la sororidad del Carnaval

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  • Milagros Santos, madre del alcalde, se parte de risa con el romancero de Ana Magallanes, en el que la interpreta con mucho humor. -

La del “alcalde, siempre contigo”, la dispuesta a enfrentarse a todos los “fachorris” que atacan a su hijo, la del partido M.A.M.I (Madres Andaluzas Mandonas Infatigables), la que es capaz de arreglar lo de Rusia y Ucrania con una mirada y una llamada a un abrazo. Ana Magallanes, histórica del Carnaval callejero, ha firmado en esta atípica celebración de febrero uno de sus romanceros más exitosos. Se llama Salimos de Milagri, y, en él, encarna a Milagros Santos, la madre del alcalde de Cádiz, José María González, popular por defender encarecidamente a su hijo en las redes sociales.

¿Recuerda el momento en el que se le ocurrió esta idea?

–Del momento exacto no me acuerdo. Es que dudé mucho al principio porque no sabía si lo que se me estaba ocurriendo estaba bien. En las redes sociales descubrí a Milagri y me pareció fascinante la capacidad y el poco filtro que tenía para defender a su hijo. Me representaba muchísimo. El cómo las madres pueden no pensar en la repercusión de lo que dicen con el único objetivo de defender a su niño. Veo un punto en común con la mayoría de las madres del planeta y me pareció un buen arquetipo para hacer un homenaje al matriarcado. Sabemos, porque lo ha comentado en sus redes sociales, que Milagri ha reaccionado bien.

¿Ése era uno de los grandes riesgos de esta idea? ¿Temió en algún momento que no le gustara?

–Cuando me decido a hacer el personaje, me comí mucho el coco en que fuera algo respetuoso. Tenía mi miedo, pero cuando faltaban unos días, me puse en contacto con ella para comentarle el tipo, y me ofrecí a hacérselo. Ella fue muy agradable. Incluso, cuando supo de mi intención, se emocionó. Ella ha sido la primera en decirme: “Es increíble, Ana, sin conocerme, cómo me clavas”. Ahora tiene muchas ganas de ver el romancero y gritar eso de “Alcalde, siempre contigo”. Yo me la como con papas.

Soy feminista todas las horas del día. Mientras friego, cambiando una bombilla o cuando hago un romancero de Carnaval"

Es una hipérbole de madres que, como Belén Esteban y su “por mi hija, mato”, han perpetuado. ¿Hay que celebrar a estas madres coraje?

–A mí lo que me enamora de las personas es cuando son auténticas. Esas que dicen lo que piensan, aunque el resto no vaya a tener la misma opinión. Las madres son las que mejor custodian ese valor. Esas madres que cuando atacan a su manada saltan como fieras. Evidentemente, hay muchas maneras de saltar, pero esa intención de proteger tiene mucho que ver con nuestra cultura de género, de los cuidados, aunque con un componente biológico de defender lo que es de una.

Llevas 20 años saliendo en el Carnaval de calle. Te has convertido en un referente del romancero y del feminismo. ¿Es una responsabilidad salir cada año?

–Soy feminista todas las horas del día. Mientras friego, cambiando una bombilla, yendo a un supermercado y mientras hago un romancero. Cualquier tipo que haga sale feminista porque mi perspectiva de género está en todo lo que hago. Y otra cosa. En el momento que yo sienta presión, prefiero no salir.  Antes yo pedía a la gente que me escuchara, y ahora es la gente la que me busca. Mi perspectiva del Carnaval es romántica. Me gusta la esencia de buscarnos, la espontaneidad, de sorprendernos al encontrarnos... pero si estamos pendientes de un móvil se pierde todo eso. Y el domingo, la verdad, me agobié.

Cuando faltaban unas semanas para salir, me puse en contacto con Milagri para comentárselo y fue muy agradable"

Eso de que “esto es una semana para mí” lo dices en el documental ‘Callejeras’, de Silvia Moreno, que reivindica la importancia de todas las mujeres que durante años habéis construido una manera de expresarse, reivindicarse y disfrutar el Carnaval, que, fuera de la calle, ha sido siempre de los hombres. ¿Te sientes parte de esta conquista?

–El documental lo que me hace es ser consciente de lo que vivía yo antes y lo que se vive ahora. Ahora me pasa que muchas chavalas de chirigotas se me acercan y me dicen que soy un referente para ellas. Es un honor, un orgullo brutal. Ha habido un cambio abismal. Cuando empecé a salir cuando solo salían Ana López Segovia o Koki Sánchez. Éramos muy pocas. Y ahora fíjate cuántas salen. El Carnaval de la calle es más para las mujeres, porque, fíjate, es más fácil conciliarlo con nuestras vidas. Queda mucho por hacer, pero en pocos años el cambio ha sido muy evidente.

El documental narraba también la simultaneidad de muchas mujeres que, en medio del Carnaval, apenas tenéis oportunidades de veros entre vosotras. ¿Qué te supuso ver lo que estaban haciendo otras compañeras?

–Es precioso. De hecho, aunque casi todas nos conocemos, nos vimos y fuimos conscientes de que una, junta a la otra, y junto a la otra, estábamos haciendo un trabajo en red. Lo que es la sororidad. Es lo que también quise expresar con Milagri y el partido M.A.M.I: que las madres se alíen entre ellas porque tenemos mucho más poder del que nos dejan. Esa unión es fundamental para tomar conciencia y hacer cambios efectivos y reales.

 

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