Bruce Springsteen acudía regularmente al gimnasio Red Bank de Nueva Jersey, estado donde reside. Allá por 2005, el cantante conoció a Ann Kelly, una mujer casada de 45 años, de la que se hizo amigo tras asegurarle que tenía "el mejor culo" de entre los que allí se encontraban.
Poco a poco, los encuentros entre Ann y Bruce fueron haciéndose más habituales. Aparte de comer regularmente juntos, el cantante le ofreció a la mujer entradas para sus conciertos y pases para los ensayos, asegurándole que ella copaba sus pensamientos mientras estaba de gira y llegando a enviarle tarjetas de San Valentín anónimas.
Pero Ann estaba casada, y su marido Arthur empezó a sospechar de su entusiasmo hacia Bruce. Según informa el diario New York Post, el asunto llegó a tal que incluso Ann prefería estar con el cantante mientras su marido, enfermo cardíaco, era operado a corazón abierto.
Viendo los problemas que su matrimonio estaba atravesando, los Kelly decidieron buscar ayuda profesional para salvar su relación, pero de poco les sirvió. "La relación con Bruce Springsteen era el tema principal a discutir con el terapeuta, como si fuera el problema mayor de nuestro matrimonio", ha declarado el propio Arthur.
Finalmente, en 2009, Arthur descubrió a Bruce y a su mujer besándose en el aparcamiento del gimnasio, y decidió comenzar con los papeles del divorcio cuando ésta le confesó que su relación con el cantante "era inapropiada".
Tras un año en el que Arthur ha estado prestando declaración acerca de los indicios de infidelidad que tenía, esta semana se conocerá por fin el resultado del proceso de divorcio, en el que se reconocerá al culpable de lo ocurrido y el reparto de bienes.
En cuanto a la relación del cantante con su mujer, su representante se ha negado a comentar el asunto, pero un amigo suyo ha asegurado que "Bruce y Patti continuan teniendo un matrimonio magnífico y están muy unidos el uno al otro y a sus hijos".