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De patrulla a pie de playa con la Policía Local

Acompañamos a los agentes del 092 en su vuelta tras tres años al servicio de vigilancia en las playas, donde atienden más de 15 requerimientos diarios

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  • Las actuaciones más recurrentes son por incumplimientos de la ordenanza de playas, además de avisos de niños perdidos y cobertura sanitarias
  • El efecto disuasorio por la presencia policial ya se nota después de poco más de un mes y las quejas han descendido

"Hoy hace poniente, pero durante la ola de calor ha sido más complicado”, cuenta a VIVA CÁDIZ Javi, uno de los agentes que forman parte del grupo de policías locales que este verano después de tres años vuelven a patrullar las playas gaditanas en un servicio especial. Son las 12.20 horas del mediodía. Le acompañamos en uno de los Rhinos, los vehículos del 092 con los que circulan por las playas, en este caso desde el módulo central de la playa Victoria hasta Cortadura. En el trayecto, todo está tranquilo. Solo varias paradas para pedir documentación y comprobar las licencias de varios ambulantes. Todo en orden. Los vendedores le saludan tranquilos, uno lleva bolsas de patatas fritas. El otro, bebidas. Ni una pizca de nerviosismo. Les muestran la licencia y los DNI. “Ayer dos lateros se enzarzaron entre ellos, pero no suele haber problemas”, explica para hablar del conflicto que a veces genera la competencia desleal, que también solucionan ellos mismos, pero con el que la Policía no baja la guardia. “Es un tema complicado y controlado. Todos los veranos la Delegación de Comercio concede una serie de licencias para la venta de productos autorizados, latas y productos envasados (patatas fritas, frutos secos...). Prácticamente todos tienen su zona y entre ellos mismos detectan cuando hay alguien que se cuela sin licencia y nos dan aviso”, explica el inspector José Ferrer. Independientemente de estos requerimientos, los propios agentes actúan de oficio y solicitan las autorizaciones, como acabamos de presenciar. Reanudamos la marcha. La marea está alta, así que vamos por la arena seca. No hay tramo en el que los más pequeños no saluden. “Cuando se pierden y los traemos en el coche van muy contentos”, indica para referirse a otro de los servicios más recurrente, pues al día pueden extraviarse fácilmente hasta tres niños o más. Como en cualquiera de las intervenciones que realizan, el tiempo de reacción si están en la playa desciende considerablemente. “Es que solo en llegar al paseo, aparcar, ir a dónde nos requieren...no tiene nada que ver estar aquí”, comenta mientras acelera levemente. Vamos a poco más de 20 k/m por hora. La playa está llena. “En urgencias puede ponerse a 60 km/h perfectamente pero tenemos que tener cuidado porque hay mucha gente”.  La emisora  del 092  no se detiene. Suena un nuevo aviso. “Hay un varón que ha perdido el conocimiento en Cortadura”.

Dar cobertura a los servicios sanitarios es otra de sus funciones. Ya están en camino. Hay cambio de planes. Reciben una nueva comunicación. Ha sido una bajada de tensión, ya está estabilizado. Abortamos la marcha, mientras un conocido hostelero se acerca al coche a saludar. Al igual que él y su compañero, otros cuatro más patrullan en pareja en las playas gaditanas: dos en otro vehículo más y dos a pie en La Caleta, más un mando. Los fines de semana, cuando aumenta la presencia de visitantes, el turno se refuerza con dos agentes más. Lógicamente, las intervenciones también se duplican. Aunque la cifra va fluctuando, de las 14 diarias, de viernes a domingo a superar la treintena, siendo la mayoría actuaciones de mediación entre grupos ante las molestias por el incumplimiento de las ordenanzas de playa. El objetivo es  “garantizar la convivencia pacífica de todos los usuarios y el derecho al descanso y a la diversión”, apunta el inspector. Un equilibrio que normalmente suelen romper los partidos de fútbol fuera de los sitios habilitados cuando hay marea baja, con las consiguientes quejas. Las consecuencias suelen ser la retirada de los balones, que se pueden recoger luego en el módulo central. A ello suman una vigilancia intensiva para evitar los hurtos, que han bajado, al igual que la quejas.

El efecto disuasorio funciona. Hasta ahora, en el mes que llevan operativos han realizado cinco detenciones. La más grave, la de un hombre por una agresión sexual a un chico en las duchas de uno de los módulos.  Luego  han podido saber que actuaba de forma periódica. En este caso, la rápida respuesta permitió dar rápidamente con el acusado. “Eso con una patrulla ordinaria no nos hubiera pasado, no habríamos llegado a tiempo”, recalca el inspector, que resalta la detención de otro sujeto por hurtos con más de 70 antecedentes. De vuelta al módulo central llegan dos nuevos avisos: el coordinador de Salvamento Marítimo informa de la aparición de una medusa de gran tamaño en la orilla. Toca comprobar si es algo aislado o un banco, por si hubiera que cambiar las banderas. En ese momento el abuelo de una pequeña llega preocupado. Se ha extraviado. La angustia dura poco. Dan con ella y salen en el Rhino en su búsqueda. Apenas ha transcurrido una hora. Hasta las 21.00 horas, puede pasar de todo.

Consumir productos que no estén envasados, la ‘batalla’ de la Policía Local

Desde la Policía Local piden a los usuarios que no se confíen y dejen sus pertenencias solas y a la vista y que siempre sigan las recomendaciones tanto de los socorristas como del servicio de megafonía que irán dando puntualmente ante cualquier incidencia en la jornada de playa. “Que pregunten siempre ante cualquier duda, son playas muy tranquilas pero puede haber incidencias por medusas o cualquier tipo de circunstancias anómalas”, indica el inspector Ferrer, que se pone muy serio a la hora de pedir a los gaditanos y visitantes que no consuman alimentos que no estén envasados. “Esa es la batalla que tenemos. Con estas temperaturas, consumir ese tipo de productos (marisco, dulces...) supone un auténtico peligro”. 

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