Queridos lectores, quiero dedicar este artículo al coronel médico del Cuerpo de Sanidad Militar, D. Emilio Salas Pardo de Donlebún, Académico Correspondiente de Mérito de la Real Academia de Medicina de Cádiz. Emilio Salas es especialista en Medicina Subacuática e Hiperbárica y, dentro de su trayectoria, estuvo al frente de la gestión de la cámara hiperbárica del Hospital de San Carlos. Curro, para los amigos, es uno de los mejores especialistas en el tratamiento con oxigenoterapia hiperbárica de España.
Por si alguno de ustedes no saben que es una Cámara Hiperbárica, os animo a tener la oportunidad de conocerla a través de este artículo. Así, de principio os puede sonar a algún artilugio del futuro. Pero no. La oxigenoterapia hiperbárica consiste en respirar oxígeno puro en una cámara presurizada. Se trata de un método no invasivo y sin dolor. En la cámara hiperbárica, la presión del aire puede elevarse hasta tres veces más que la presión del aire normal y ,en estas condiciones, los pulmones pueden respirar más oxígeno de lo que sería posible respirando oxígeno puro a una presión de aire normal.
Y debemos conocer que en San Fernando tenemos la suerte de tener una de ellas en el Hospital de San Carlos, debiendo hacer constar que es la única cámara hiperbárica ubicada en hospital público en toda Andalucía. El principal problema actual es la falta de convenio desde hace aproximadamente dos años entre la Junta de Andalucía (propietaria del hospital) y el Ministerio de Defensa (propietario de la cámara hiperbárica) para su uso en común, lo cual trae consigo una disfunción en lo que supone la dotación de personal responsable del funcionamiento del Servicio de Medicina Hiperbárica, así como problemas de organización, planificación, mantenimiento, inversiones, etc…, que al final en lo que repercute es en la operatividad del Servicio y en último término en la asistencia a los pacientes principalmente civiles, ya que desde la lógica de la Sanidad Militar y el punto de vista del Ministerio de Defensa el fin último de la justificación de este servicio está en la atención de los buzos de la marina y guardia civil, así como por el personal de la OTAN.
La cámara estuvo en su día concertada entre el SAS y el Ministerio de Defensa (MD), pero dicho acuerdo actualmente no está en vigor por la ineficacia de los políticos de todas las administraciones que no se ponen de acuerdo en que dicha cámara, tan importante para la cura de muchas enfermedades e incluso para salvar vidas en cuestión de horas, tenga la máxima operatividad posible. Mientras se echan la pelota unos a otros, por aquello que en Sevilla gobierna el PP y en Madrid el PSOE, amén de lo que pueda hacer y decir el Ayuntamiento, la casa sigue sin barrerse.
Incluso es más que probable que el personal actual, al no disponerse de especialistas en Medicina Hiperbárica (existe un gran déficit de dichos especialistas tanto en el MD como en el SAS), no estén en las condiciones ideales para poder tratar al cien por cien todas las patologías, pues a cada una de ellas se le puede aplicar una determinada presión de tratamiento. La cámara, pues, está infrautilizada o al menos podría tener una mayor operatividad si la difusión de su utilización a nivel de la sanidad pública a nivel autonómico fuera de mayor nivel del que lo es en la actualidad y por ello no es posible atender cuadros urgentes (intoxicaciones por monóxido de carbono, por humos, etc..) que se puedan presentar en los diferentes servicios de urgencias e intensivos de los distintos hospitales de nuestra autonomía, ya que ninguno de ellos dispone de cámara hiperbárica de ningún tipo, como sí ocurre con el Hospital de san Carlos.
Esta falta de convenio afecta a la operatividad del Servicio de Medicina Hiperbárica del Hospital de San Carlos y, por ello, los centros de urgencias y hospitales no pueden tener dificultades en lo que supone remitir enfermos a la cámara a tratarles algunas de las patologías recomendadas y que, con solo unas horas de tratamiento, podría sanar o salvar su vida. Con ello se está perdiendo una asistencia primordial y un tiempo precioso, lo que aliviaría, mejoraría o curaría determinadas dolencias. Por ejemplo, la hipoxia cerebral (intoxicación por monóxido de carbono), que con la aplicación de la oxigenoterapia hiperbárica puede llegar a interrumpir la intoxicación con el suministro de oxígeno y la persona salvar su vida. Mientras que, en algunos casos, si se trata solo con la típica mascarilla de oxígeno del hospital, el enfermo puede llegar, con el paso del tiempo, a padecer lesiones neurológicas graves irreversibles.
La cámara hiperbárica es un habitáculo hermético que está diseñado para soportar elevadas presiones en su interior. En unas ocasiones será la única indicación terapéutica para la curación de una afección y, en otras, se aplicará como parte de un tratamiento integral, junto a otras terapias o medicamentos. Es un procedimiento que se realiza típicamente de forma ambulatoria, es decir, no necesita hospitalización del paciente, salvo cuadros urgentes (intoxicaciones, gangrena gaseosa, embolismo gaseoso, etc..)
Las enfermedades que se pueden tratar con esta terapia es el pie diabético, heridas crónicas, sordera súbita, intoxicación por monóxido de carbono, lesiones por aplastamiento, escaras, úlceras en piernas y pies, quemaduras térmicas agudas e injertos de piel o colgajos comprometidos, fibromialgia, anemia grave, absceso cerebral, burbujas de aire en los vasos sanguíneos, conocidas como embolia gaseosa arterial y lesiones cutáneas radioinducidas, entre otras. Y se está estudiando otras patologías que pueden ser beneficiadas con esta aplicación, como puede ser la enfermedad infecciosa causada por el virus SARS-CoV-2 y que es persistente en determinados enfermos.
No todos los pacientes con este tipo de patologías son candidatos a este tratamiento, ello se determinará a través de una evaluación integral de cada caso. El oxígeno hiperbárico también ayuda a tratar secuelas de tratamientos oncológicos. Una de las más comunes es la cistitis hemorrágica por radioterapia en cáncer de próstata, donde se ha logrado revertir este padecimiento entre el 80-100 por ciento de los casos tratados con sesiones de oxigenoterapia hiperbárica.
La oxigenoterapia hiperbárica no es eficaz en la cura o tratamiento del cáncer, el autismo, la diabetes, esclerosis múltiple etc. No obstante, si usted hace una búsqueda relacionada en internet, es posible que encuentre todo tipo de afirmaciones al respecto. Por ejemplo, se publicita mucho como tratamiento para el embellecimiento y cuidado de la piel. Todo mentira.
Existen cámaras multiplaza donde se atienden a varias personas que pueden permanecer sentados o acostados en una sala que parece una habitación de hospital, compartiéndola con otras personas, como es la de San Carlos. También las hay uniplaza en una unidad individual. Te acuestas en una mesa que se desliza dentro de un tubo de plástico transparente y recibes el tratamiento. Generalmente, las multiplaza son las más apropiadas porque permiten que los médicos y el personal sanitario puedan acompañar a los pacientes y así poder suministrar los cuidados necesarios (incluso cuidados intensivos).
Finalmente, quiero dejar constancia mi preocupación como ciudadano, porque teniendo San Fernando la única Cámara Hiperbárica en Hospital público en toda Andalucía no esté siendo utilizada por muchas personas que aliviarían sus patologías. La Cámara de San Carlos está en manos de los políticos y es necesario un nuevo convenio de uso, con la formación adecuada de técnicos y facultativos. Por favor, políticos de uno y otro bando, poneros de acuerdo que para eso estáis y cobráis. La salud está en juego.