Un equipo de investigadores españoles ha descubierto en el afloramiento granítico de Gerena (Sevilla) el mismo tipo de magma que dio origen a los granitos que forman la cordillera de los Andes, un hallazgo que según los científicos ayudará a entender cómo crece la corteza terrestre.
Lo han descubierto investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) de Madrid y de la Universidad de Huelva y los resultados aparecen publicados en la revista Scientific Reports.
Las formaciones graníticas de Gerena, un lugar propuesto como "geositio" de interés científico, han sido objeto durante años de numerosas investigaciones, pero esta ha sido la primera vez que se documenta la presencia de este material en la naturaleza.
Se trata, ha informado el Museo Nacional de Ciencias Naturales en una nota difundida hoy, de un afloramiento rocoso en el que se aprecia el resultado de la mezcla de dos tipos distintos de magma que entraron en contacto hace 340 millones de años.
En esta formación se encuentra preservado el magma que da origen a las formaciones graníticas de tipo andino, llamado "parental", y los científicos creen que estas intrusiones de tipo andino son las que más cantidad de corteza terrestre generan.
“El afloramiento está formado por dos magmas muy diferentes que están interaccionando: uno más oscuro, el magma parental, y otro más claro y con una textura completamente diferente", ha explicado Daniel Gómez Frutos, investigador del MNCN, y ha observado que se trata del tipo de granito que conforma la cordillera sudamericana de los Andes.
Tras su generación en el manto terrestre, los magmas ascienden por la corteza hasta niveles superficiales, y ahí se estancan y se enfrían; cuando se forma un nuevo pulso de magma, el magma nuevo puede llegar a entrar en contacto con el magma anterior, interaccionando con él.
Y eso es lo que ocurre en el afloramiento de Gerena, un lugar que ha sido propuesto como "geositio" de interés científico al Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC).
Las cordilleras como los Andes están sujetas a una intensa actividad tectónica que produce un magmatismo característico que puede encontrarse también en muchos otros lugares en la Tierra, han señalado los investigadores.
Hasta ahora se había simulado cómo era el material de origen de estas rocas plutónicas –magma enfriado dentro la corteza terrestre–, pero nunca hasta ahora se había encontrado en la naturaleza; de ahí la relevancia del hallazgo, ha valorado el MNCN-CSIC.
“La corteza terrestre ha ido aumentando su tamaño constantemente desde su formación y descubrimientos como este nos ayudan a confirmar, no solo que las teorías sobre la formación del granito están bien orientadas, sino a entender mejor cómo se forma la corteza terrestre y cómo está creciendo”, ha destacado Gómez Frutos.