El recinto ferial Ifema acoge en Madrid desde este lunes y hasta el próximo jueves este salón imprescindible para los amantes del buen yantar, por el que se espera que pasen hasta 80.000 profesionales del sector en cuatro días y en el que participan 1.270 expositores (casi un 7% más que el año pasado) con 38.000 productos expuestos, de los que 1.100 son novedades.
Pero las cifras, aún altas, no reflejan el frenesí y la pasión por lo culinario que se vive desde esta mañana en los tres enormes pabellones que ocupa el Salón de Gourmets, que unos recorren para comprar o vender producto y hacer negocios, y otros, a la caza avispada de degustaciones gratuitas.
“Por favor, no se lleven los productos expuestos, no son muestras gratuitas”, rezaba un cartel sobre un expositor de apetitosas salchichas y embutidos alemanes.
Junto a productos ya clásicos de esta cita como el caviar iraní, las setas de mil variedades, los aceites, las conservas y el embutido, vuelve a tener un gran éxito la cata de helados de diseño: de flor de azahar, paté, café expreso de Guatemala, pimiento asado, rúcula con sal, aceitunas negras o violetas, por nombrar algunos.
También ha atraído a muchos curiosos una empresa de hortalizas a la carta que vende a través de internet desde Almería y que tiene entre sus productos un divertido calabacín redondo “de sabor más cremoso y delicado, más suave pero no más caro” y que aguanta hasta dos meses en la nevera, ha explicado a Efe Oscar Puig, gerente de la empresa.
Mientras, las miradas de todos se posaban sobre un espectacular bodegón de verduras y hortalizas. ¿El secreto? Su cuidada iluminación, que dejaba muy claro que la comida empieza entrando por los ojos.
Juan Pérez, de la empresa Dulacro, ha comentado a Efe que se trata de tecnología alemana que permite lograr una iluminación para alimentos perecederos que realza los productos para conseguir “una cromática casi perfecta”, sin llegar a ser una fuente de calor que estropee la carne o el pescado.
Los chocolates son otro de los puntos fuertes de este salón. Los hay clásicos, pero también atrevidos como el chocolate con cáñamo o con espárragos que importa la empresa de Jorge Ortiz, o los bombones “quesicos” con crema de queso manchego semicurado, miel y vino tinto que exporta a Estados Unidos La casita de los bombones.
El “desayuno español”, apadrinado por conocidos chef como Paco Roncero o Adolfo Muñoz, también se ha convertido en protagonista a través de una campaña para promocionar en el extranjero el sano almuerzo mediterráneo a base de pan, aceite de oliva, buen jamón, tomate, lácteos y fruta fresca.
Pero al Salón de Gourmets no sólo se va a comer, sino sobre todo a hacer negocio en un encuentro que el año pasado movió en torno a 181 millones de euros.
Este año están presentes productos de los cinco continentes: Alemania, Argentina, Australia, Bélgica. Bulgaria, Canadá, Colombia, EEUU, Francia, Grecia, Italia, Irlanda, Japón, México, Nueva Zelanda o Sudáfrica, entre otros, aunque el país invitado es Polonia, que promociona su charcutería, conservas, cervezas y vodkas.
Junto a los expositores, de nuevo este año se desarrolla un extenso programa de actividades paralelas, como el XVI Túnel del Vino-MARM, el XII Foro del Vino, o el Taller de los Sentidos que cada año visitan numerosos escolares para conocer de primera mano la importancia de una buena alimentación.