Los restos de ocho víctimas de tres fosas comunes alojadas en una misma zanja han sido recuperados en el marco de la campaña llevada a cabo en el cementerio municipal de Padul (Granada) por un equipo interdisciplinar de la Universidad de Granada.
Los restos presentan diversos signos de violencia que denotan el uso de distintos tipos de municiones, como balas y postas de caza, para acometer los asesinatos, además del empleo de cal viva en las tres fosas y el apisonamiento bajo una piedra de gran tamaño de uno de los cuerpos, que podría haber sido arrojada en momentos posteriores a la colocación del represaliado en la fosa tras su homicidio.
En el espacio sondeado dentro del cementerio se han localizado diez víctimas más, que quedan pendientes de exhumar y que se unen a los cinco cuerpos ya extraídos en 2022 y los ocho de la actual campaña, realizada durante este mes de septiembre mediante la financiación de la Federación Española de Municipios y Provincias.
Según diversas fuentes documentales, en la zona puede haber más de cuarenta víctimas ejecutadas entre los años 30 y 50.
El espacio fue recientemente visitado por estudiantes del instituto La Laguna de Padul, que recibieron la explicación del equipo técnico y de una representación de familiares de las víctimas.
Según la Universidad de Granada, diversos testimonios recogidos entre las familias de las víctimas -entre los que se encuentran hijos, sobrinos y nietos- señalan su "malestar y desconcierto" ante la clausura de los trabajos por falta de financiación, que dejan cuerpos ya localizados sin poder ser exhumados a la espera de la aprobación de una nueva campaña de intervención, que podría retrasarse un año más.