Dos goles de Iza y Chris Ramos sirvieron para que el Cádiz rompiese su mala racha en casa ganando 2-0 al Real Oviedo, que llegaba al Nuevo Mirandilla instalado en la parte alta de la clasificación.
Estos tres puntos deben ser la primera piedra para romper el bloqueo mental que atenazaba al equipo gaditano. Dos goles a favor (que debieron ser tres si el VAR no hubiese hecho de las suyas), la portería a cero y un partido dominado por los amarillos tienen más valor que el de los tres puntos. En la dinámica del Cádiz, que iba cuesta abajo y sin frenos, este triunfo puede ser el punto de inflexión y no sólo una parada en la caída.
Paco López recuperó su bloque ya habitual de titulares, aunque con un retoque importante: Mwepu salía desde el inicio en detrimento de Chris Ramos, hasta entonces el futbolista que más minutos había disputado esta temporada. Carlos Fernández completaba la delantera, escoltada por Brian Ocampo y Ontiveros, indiscutibles.
En la sala de máquinas volvían a tomar el mando Alcaraz y Kouamé, mientras que Iza y Matos regresaban a los laterales. Sí se mantenían respecto a Éibar los dos centrales: Chust y Kovacevic, sentándose en el banquillo Glauder y estando Fali sancionado por acumulación al haber visto su quinta tarjeta siendo suplente y dando al traste con su rotación.
Enfrente, un Oviedo con la tranquilidad de haberse asentado en la parte alta de la tabla y una plantilla con nombres de relumbrón como Aarón Escandell o Álvaro Lemos. Capítulo aparte merece Santi Cazorla, un crack que deja ver su clase desde el primer balón que toca en el calentamiento.
Salió el Cádiz concienciado de que ganar era ya más una obligación que una necesidad. Pese a ello, sólo pudo probar suerte con algún disparo desviado y algún otro, como uno de Mwepu, flojito y a las manos de Aarón.
Antes de la media hora, Rahim pisó a Ontiveros en el gemelo entrando por detrás, pero lo que debió ser una tarjeta roja más que clara se quedó en amarilla ¿Y el VAR? a por uvas, no entró para advertir al colegiado de su error.
A los 35 minutos, Brian Ocampo demostró de nuevo que él juega a otra cosa. Varios peldaños de calidad por encima de sus compañeros, el uruguayo se marchó por la banda y cedió el balón a Mwepu, que entre centrar y disparar parece que no hizo ni una cosa ni otra y mandó la pelota a pasear por el área asturiana.
Muy clara fue la opción de marcar para el Oviedo cuando un balón hacia la posición de Alemao fue dominado por el delantero, que encaró a David Gil. Un mal toque final y la rápida llegada de los dos centrales cadistas le hicieron dejarse el balón atrás y evitar su disparo, pero no que conectase con Sebas Moyano, que disparó topándose con la pierna de Iza Carcelén cuando David Gil parecía batido. Se libró el Cádiz de un gol en una jugada más peligrosa de lo que parecía.
En el último minuto de la primera parte, la alegría para unas gradas que se habían ido despoblando debido a la lluvia. Un tremendo error de Sebas Moyano dentro del área regaló el balón a Iza, que mandó el balón a la red. Un regalo, un gol, como le estaba pasando siempre al Cádiz en contra.
Intentando cerrar el partido
Salió el Cádiz en la segunda parte decidido a marcar otro gol para no sufrir, aunque sabemos que ni así lo consigue esta temporada, en la que dejó escapar un 2-0 ante el Málaga. Pese a ello la primera gran oportunidad tras el descanso fue visitante y tuvo un nombre propio: Cazorla. Un disparo lejano del 8 oviedista obligó a David Gil a estirarse para disipar el peligro.
Se animó Brian Ocampo con un disparo desde el centro del campo. El uruguayo tiene calidad para eso y más, así que tras recuperar el balón y ver a Aarón fuera de la portería no se lo pensó, pero el disparo se marchó alto.
Había que cerrar el partido porque el peligro del Oviedo era evidente pese a la salida de Cazorla, agotado a la hora de juego.
El carrusel de cambios ralentizaba el partido para beneficio del Cádiz, que buscaba otro gol, pero también jugando con el cronómetro y el marcador a favor. Marcar de nuevo era importante, pero evidentemente no tan importante como mantener la portería a cero. Así las cosas, Paco López refrescó al equipo y reforzó el centro del campo retirando a los cansados Carlos Fernández y Ontiveros para contar con Sobrino y Escalante.
La segunda polémica del partido llegó a los ochenta minutos. Alcaraz marcó un golazo de disparo lejano que batió a Aarón por su palo izquierdo, pero ahora así entró el VAR para avisar de una posible falta que si hablásemos de baloncesto podría considerarse como tal, pero en fútbol era una ridiculez. Pese a ello, el árbitro anuló el tanto provocando un tremendo enfado en el estadio.
Por fortuna para el Cádiz, nada más reanudarse el partido llegó el 2-0, esta vez sí validado. Alcaraz centró una falta al área y allí emergió Chris Ramos para rematar de cabeza y marcar el tanto de la tranquilidad a falta de cinco minutos de tiempo reglamentario.
De ahí al final, el Oviedo bajó los brazos y las gradas celebraron por fin el primer triunfo casero de la temporada. Siete partidos ha costado conseguirlo, pero al fin se alcanzó. A seguir.
- Ficha técnica -
2 – Cádiz CF: David Gil, Iza Carcelén, Kovacevic, Víctor Chust, Matos, Alcaraz, Kouamé (Fede San Emeterio, min. 84), Ontiveros (Sobrino, min. 68), Brian Ocampo (Zaldua, min. 84), Carlos Fernández (Sobrino, min. 68) y Mwepu (Chris Ramos, min. 59).
0 – Real Oviedo: Aarón Escandell, Álvaro Lemos, Dani Calvo, Luengo, Rahim, Colombatto, Del Moral (Sibo, min. 59), Sebas Moyano (Hassan, min. 54), Ilyas (Masca, min. 70), Santi Cazorla (Álex Cardero, min. 59) y Alemao (Paraschiv, min. 70).
- Goles: 1-0: Iza Carcelén (min. 45) y 2-0: Chris Ramos (min. 85).
- Árbitro: Galech Apezteguía (Comité navarro). Amonestó con cartulinas amarillas a Rahim (min. 27) y Sibo (min. 66).
- Incidencias: 13.899 espectadores en el Nuevo Mirandilla. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Antonio Téllez y Fofi Molina, ex directivos del Cádiz CF.